martes, 21 de septiembre de 2010

ESTAMPAS PARA LA FE




Cuando uno viaja por las carreteras y caminos de España, no es raro coincidir con esos vehículos pesados, camiones sobretodo, que, al adelantarlos o cruzarse con ellos, muestran el lado devoto de quien los conduce: Una gran estampa de la Virgen del Saliente, Patrona de Albox, se exhibe bien visible a uno y otro costado de la cabina, acreditando la fe del carbonero de los camioneros. Estas personas, sencillas y recias que no necesitan pruebas para creer, pasean a su Virgen con orgullo día a día y kilómetro a kilómetro, sin desmayo. Seguramente confían más en su protección que en la del Ángel de la guarda tal vez porque, éste, aun siendo gratis su servicio, no sabemos de qué naturaleza está hecho, pues ni se le ve ni se le oye, y tampoco nos consta la clase de carné que tiene. La Virgen es otra cosa aunque no conduzca, porque fue persona real y guía de los que se encomiendan a Ella, que son muchos.

Otros llevamos la misma Imagen en una estampa chiquitita, diminuta, entremezclada con la documentación del turismo, y en vez de enseñarla y presumir de Ella igual que hacen los camioneros, la ocultamos entre papeles como si tuviéramos vergüenza de pregonar nuestra creencia. ¡Qué diferencia! Esto del camión y del turismo ocurre todos los días. Sin embargo, lo que sigue es un hecho concreto que también ocurrió y sirve de ejemplo de cómo la Virgen del Saliente nos echa una mano cuando se lo pedimos.

Corría que se las pelaba el mes de octubre de 1986 en la ciudad de Algeciras, donde a la sazón construíamos un Centro Comercial, cuando un temporal de agua y viento, habitual en la zona del Estrecho, amenazaba con retrasar su apertura prevista para Noviembre. Y como suele ocurrir en casos parecidos, el tiempo cronológico, que luchaba a brazo partido con el tiempo atmosférico, seguía corriendo erre que erre sin que la manilla del reloj se tomara un respiro. Aún quedaba mucha obra y muchos remates por hacer para nuestra desesperación.

En esto se presentó un fiel amigo albojense que colaboraba en el montaje de una instalación, que al ver nuestras caras largas preguntó y le confiamos nuestras cuitas. En la conversación se deslizó la tan socorrida frase ‘de que tendría que producirse un milagro’ para cumplir el objetivo empresarial. ¿Milagro? Sacó su cartera y mostró una estampa de la Virgen del Saliente que ofreció, a costa de desprenderse de ella, “como ayuda desinteresada al milagro”. Y como en momentos como aquel cualquiera se agarra a un clavo ardiendo, tomamos la pequeña estampa que quedó clavada con una chincheta en la pared de la oficina técnica, y desde entonces fue el objetivo directo de las miradas suplicantes de los presentes que reclamaban sus favores. Cuando el tiempo y las circunstancias ayudaban, la estampa se mantenía de cara, pero si había contratiempos la poníamos “cara a la pared” sin miramiento alguno, que para eso ya teníamos cierta confianza, hasta que nos ganaba el pulso porque hacía volver la bonanza y nos despejaba de los nervios de última hora. Última hora que se acercaba a paso legionario. Ya metidos en pleno noviembre, la “Virgen dio la cara” para satisfacción de todos. Aquel edificio se inauguró con gran alborozo aunque con alguna gotera rebelde. Milagro o no, el caso es que, unos más que otros, nos hicimos sus devotos, y no dejamos escapar la ocasión para convertir a aquella Virgen, a quien la mayoría llamaba la Virgen del Albox, en protectora de la Empresa y hasta llegamos a considerarla Patrona de la Sociedad, título que se mantuvo muchos años como atestiguaron las fotografías como las de los camioneros que, enmarcadas en cuadros, exhibíamos en cada uno de los despachos principales.

Pasaron unos seis años de aquello cuando construimos un nuevo Centro Comercial mucho más grande en San Fernando, junto a Cádiz, bautizado como Bahía Sur que aún sigue en pie con el mismo nombre. Ni que decir tiene que la estampa de la Virgen del Saliente fue testigo de la ejecución de la obra que se inauguró, tras los fastos de la Exposición Universal de Sevilla, en mayo de 1992. En este caso no pasamos tantos apuros como en Algeciras.

San Fernando, o Isla de León como gusta llamar a los del lugar, es ciudad marinera desde siglos. Tiene un monumento dedicado a las Tres Marinas, la Armada, la Pesquera y la Mercante, y la feria se celebra bajo el Patrocinio de la Virgen del Carmen, patrona de los que surcan los mares. Terminando los últimos remates de la obra dejamos para el final el bautismo de las tres calles principales y, cuando llegó la hora, todos a una decidimos que sus nombres estuvieran asociados a otras tantas advocaciones de la Virgen. No podía faltar la Virgen del Carmen, tan arraigada a la Ciudad; tampoco podía excluirse a la Virgen del Saliente, nuestra sin par bienhechora; y luego elegimos a la Virgen del Rocío para completar la terna, por ser faro de muchos en el sentimiento andaluz.

Hoy, cuando han pasado más de dieciocho años de aquello, aún campean los tres mosaicos encargados al efecto donde lucen las tres Imágenes del trío de advocaciones marianas que dan nombre a las tres rondas del Centro Comercial Bahía Sur de San Fernando de Cádiz. Por allí pasan diariamente cientos de personas. ¿Cuántas Avemarías habrán rezado a la Virgen?

Esta es una historia más de las muchas que tiene la Virgen del Saliente. Una historia que nació en una estampa clavada con una chincheta, continuó en despachos enmoquetados y sigue, a punto de cumplir veinticinco años, escrita sobre un mosaico andaluz a muchos kilómetros del Saliente, bañada por las salinas de una Ciudad marinera.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

FRASES ESCOGIDAS

Las siguientes frases son un entretenimiento de verano. Han sido leídas en los medios y escogidas sin mala intención. Algunas son conocidas, otras menos. Que cada cual las lea a su aire.

Yo digo verdades como puños. (Poli Díaz)

Devórame otra vez. (Ángel Cristo)

El tenis es un deporte que tiene muchas ventajas y se necesitan muchas pelotas para practicarlo. (Emilio Sánchez Vicario)


Hay que tener unas grandes pelotas para jugar al baloncesto. (Fernando Romay)

Hacer negocios con calvos es descabellado. (Uno que llevaba peluca)

Con IBERIA ya habrían llegado aquí. (San Pedro)

Yo voy al dentista a regañadientes. (El de la dentadura postiza)

El paro ha existido siempre. Porque Adán y Eva, ¿en qué trabajaban?

Para ser un buen científico hay que ser severo. (Severo Ochoa)

Que me quiten lo bailao. (Antonio el Bailarín)

Quien tiene un tesoro tiene un amigo. (El Dioni)

La excepción confirma la regla. La ausencia de la regla confirma el embarazo.

Un país habrá llegado al máximo de su civismo, cuando en él se puedan celebrar los partidos de fútbol sin árbitro. (Del Bosque)

Un país no alcanza su grado de madurez hasta que sus ciudadanos saben a donde va a parar su dinero. (El banquero)

Morirse de viejo no es tan malo, dadas las alternativas. (Maurice Chevalier)

Que se jodan los del tren que yo me voy andando. (Se le murió el borrico)

Es igual que te cases que no, de todas las maneras te vas a arrepentir.

Prohibir los toros en Cataluña, es tan absurdo como prohibir el trabajo en Andalucía, pues los dos espectáculos son inexistentes. (Un castellano rancio)

Es un político tan mentiroso que le crece tanto la nariz, que en vez de llamarle Pinocho, le llaman Pinueve. (La Oposición)

El alumno Peláez siempre suspende el curso, y por eso lo llaman Alfred Hitchcock, por ser el ‘mago del suspense’ (El Profe)