domingo, 10 de junio de 2012

Carta a Robledillo 10 de junio de 2012

Estimado Robledillo:

Ya sabes mi costumbre de pasear por las mañanas, sea invierno o verano, y después desayunar  un café y una tostada con aceite. Los domingos cambio el hábito: en vez de tostada me tomo tres churros recién hechos en bar diferente al de otros días. Siguiendo la rutina dominical, al llegar esta mañana me ha extrañado que las conversaciones de los parroquianos no hablaran del partido de futbol de la Eurocopa 2012 entre España e Italia de esta tarde, sino del “rescate” para unos o “crédito” o “préstamo” para otros, pedido por el Gobierno a Europa para los bancos y cajas por importe de hasta 100.000 millones de euros que no es calderilla precisamente.

Como te digo me ha llamado atención y hasta me he alegrado de que la gente hablase de ese asunto y no del fútbol, porque demuestra que somos conscientes de qué es primordial ahora para España y no el partido o el campeonato futbolístico. ¡Ya era hora!

Ha habido opiniones para todos los gustos, pero en general iban bien encaminadas y creo que los que allí estaban conocían de qué iba la cuestión. La conclusión que yo saco de esto es que se trata de una ayuda a parte de los bancos dañados por la crisis inmobiliaria; que el dinero se dará al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) encargado de distribuir las ayudas a quien lo pida, pero supervisado por el Fondo Monetario Internacional; que los demás países han sido solidarios con España, uno de sus miembros; que ese dinero hay que devolverlo con el interés que se pacte; y que los españoles,- de momento- podemos estar tranquilos sobre los ahorros que tengamos en los bancos. Ahora cuéntame tu opinión.

Otra cosa. Invitado por un antiguo hermano de La Salle, el Hermano Julián, ahora de seglar Carlos Urdiales, ayer tarde fui a una Iglesia donde cantaron la Misa de Ángelis. Un pequeño coro de hombres y mujeres ya maduros nos deleitaron con el Kyrie; el Gloria in excelsis Deo; el Credo in unum Deum; el Santus; el Pater noster, y el Agnus Dei, como los cantábamos en el Colegio en las misas de cierta solemnidad. Aunque la celebración duró una hora, se me pasó en un suspiro pues me trasladó a sesenta años atrás, cuando empezaba a vestir pantalón largo. Entonces no se hablaba de rescate, ni de prima de riesgo, ni de fondos de inversión, ni nada por el estilo, pero sabíamos latín, una lengua muerta que nos hizo conocer la raíz de las palabras, cosa que hasta los más eruditos de ahora ignoran.

Por ahora no te inquietes mucho por lo de los bancos y ve el futbol de esta tarde. A lo mejor hasta somos campeones.