jueves, 1 de enero de 2015

Carta a Robledillo 1 de enero de 2015

Estimado Robledillo:

Anoche, después de casi atragantarme con las uvas, que en vez de uvas eran melocotones disfrazados, al oír por televisión a la guapa de turno diciendo que en las islas Canarias aún faltaba una hora para el nuevo año, me pregunté si la muchacha sabría que eso se debía a que el planeta está dividido en veinticuatro husos o zonas horarias que corresponden a las 24 horas que tarda en dar un giro alrededor de su eje, de oeste a este. Tampoco sabrá que los husos están delimitados por los meridianos separados 15º, siendo el meridiano cero (0º) el que pasa por Greenwich, un pueblo cerca de Londres. Por eso cuando se pasa de un huso a otro cambia la hora: Si se pasa hacia el este, o sea hacia Italia, hay que sumar una hora; y si se pasa hacia el oeste, como Canarias, hay que restar una hora. De ahí lo de  “Una hora menos en Canarias”.

Para la guapa televisiva lo de la entrada del año nuevo en Canarias forma parte del guión, pero si curioseamos en qué momento reciben el año nuevo otros habitantes de la Tierra respecto a nosotros, podemos calcular, más o menos, que cuando nosotros estamos tomando las uvas medio mundo lleva ya varias horas viviendo en 2015 mientras el otro medio sigue en 2014.Te pongo algún merodeo cogido al respecto de una revista.

El primer sitio en el que ha entrado el nuevo año es Kiribati, una pequeña nación del Pacífico con varias islas donde viven 100.000 habitantes, que en el año 2000 se hizo famosa por ser el primer sitio del mundo en saltar al siglo XXI. Cuando a Kiribati llegaba el 2015, aquí nos faltaban trece horas para las campanadas de la Puerta del Sol. El segundo lugar en saludar 2015 fueron unas islas de Nueva Zelanda, y justo después de estas llegaba el año nuevo a la península rusa de Kamchatka. Las primeras imágenes del año nuevo han sido los fuegos artificiales sobre la Opera de Sídney, en Australia.

Si nos vamos hacia el oeste, rumbo a las Américas, nos encontramos que en Nueva York están preparando la cena de Nochevieja mientras aquí llevamos seis horas del nuevo año, y cuando el reloj de Times Square marque la llegada del 2015 muchos de nosotros estaremos tomando churros con chocolate. El año llegará luego a la Costa Oeste y por último a Hawái, otra vez en el Pacifico, que es el último lugar del planeta donde entra el 2015. O sea que mientras te escribo a lo mejor en esta Isla aun no se han tomado los melocotones disfrazados de uvas.

Pensaba que esta carta fuera para felicitarte el año 2015, y mira por donde me he ido por los cerros geográficos por culpa de la mocica de la tele. En fin que te deseo buen ánimo para el año entrante que es pócima de buen curar, si se administra bien.

El día de Navidad me tropecé con un sobrino del primo hermano del sacristán, “gente iglesia”, decía mi padre, que iba de paso para Córdoba. En plan socarrón le espeté si iba por lo de la Mezquita-Catedral, ese invento de la jefatura andaluza para hacerse con los cuartos de las visitas turísticas, será, digo yo, para administrarlos como los ERES o ERAS. Como es de los que rezan a Dios y al diablo, me miró, bajó el tono de voz mientras sorbía el café con leche, y dijo, “A Susanita se llama mi amor, se la están llevando al huerto los del cogobierno. En esto y otras cosas, le va a salir el tiro por la culata, y no se da cuenta que va a perder lo que tiene ganado, que no es poco, porque tiene el patio lleno de fanfarrones”. Terminó el café y sin tiempo a preguntarle por el discurso del rey, me deseó de una ¡feliz Navidad! y se fue.

Si me preguntas por el discurso real de Nochebuena, te diré que he leído loas e incienso, pero también reproches por el contenido lleno de tópicos, y por el escenario. Como yo soy del plan antiguo, o sea de Juan Carlos, me esperaba ver el Belén y la bandera de España, pero ambos símbolos estaban escondidos, y eso me disgustó. En un mensaje de Navidad, con miles de cristianos que están sufriendo una de las persecuciones más sangrientas de los últimos años por creer en Aquel que nació justo en esta fiesta, lo menos que se espera es una referencia a este hecho. Pues ya viste, no hubo ni una sola palabra, como tampoco sobre las víctimas del terrorismo que cada vez se sienten más arrinconadas. Del resto que dijo no opino, que ya he leído y oído bastante, pero no me pareció nada del otro mundo.

Si te comiste las uvas con la guapa y el guapo de la tele, echarías el falta un buen humorista que animara el panorama, del tipo Gila, Tip y Coll, Eugenio, Lina Morgan, Mari Carmen y sus muñecos, Antonio Ozores o Gomaespuma, que nos alegrara la entrada del nuevo año y nos hiciera ver la vida con humor, que también es buen medicina para curar los sinsabores de los tiempos que corren.

Bueno amigo, te repito lo del buen año y ¡conserva tu buena salud!