Anoche, después de casi atragantarme con las
uvas, que en vez de uvas eran melocotones disfrazados, al oír por televisión a
la guapa de turno diciendo que en las islas Canarias aún faltaba una hora para
el nuevo año, me pregunté si la muchacha sabría que eso se debía a que el
planeta está dividido en veinticuatro husos o zonas horarias que corresponden a
las 24 horas que tarda en dar un giro alrededor de su eje, de oeste a este. Tampoco
sabrá que los husos están delimitados por los meridianos separados 15º, siendo el
meridiano cero (0º) el que pasa por Greenwich, un pueblo cerca de Londres. Por
eso cuando se pasa de un huso a otro cambia la hora: Si se pasa hacia el este,
o sea hacia Italia, hay que sumar una hora; y si se pasa hacia el oeste, como Canarias,
hay que restar una hora. De ahí lo de
“Una hora menos en Canarias”.
Para la guapa televisiva lo de la entrada del
año nuevo en Canarias forma parte del guión, pero si curioseamos en qué momento
reciben el año nuevo otros habitantes de la Tierra respecto a nosotros, podemos
calcular, más o menos, que cuando nosotros estamos tomando las uvas medio mundo
lleva ya varias horas viviendo en 2015 mientras el otro medio sigue en 2014.Te
pongo algún merodeo cogido al respecto de una revista.
El
primer sitio en el que ha entrado el nuevo año es Kiribati, una pequeña nación del Pacífico con varias islas
donde viven 100.000 habitantes, que en el
año 2000 se hizo famosa por ser el primer sitio del mundo en saltar al siglo
XXI. Cuando a Kiribati llegaba el 2015, aquí nos faltaban trece horas para las
campanadas de la Puerta del Sol. El segundo lugar en saludar 2015 fueron
unas islas de Nueva Zelanda, y justo
después de estas llegaba el año nuevo a la península rusa de Kamchatka. Las primeras
imágenes del año nuevo han sido los fuegos artificiales sobre la Opera de
Sídney, en Australia.
Si nos
vamos hacia el oeste, rumbo a las Américas, nos encontramos que en Nueva
York están preparando la cena de Nochevieja mientras aquí llevamos seis horas
del nuevo año, y cuando el reloj de Times Square marque la llegada del 2015
muchos de nosotros estaremos tomando churros con chocolate. El año llegará luego
a la Costa Oeste y por último a Hawái, otra vez en el Pacifico, que es el
último lugar del planeta donde entra el 2015. O sea que mientras te escribo a
lo mejor en esta Isla aun no se han tomado los melocotones disfrazados de uvas.
Pensaba que esta carta fuera para
felicitarte el año 2015, y mira por donde me he ido por los cerros geográficos por
culpa de la mocica de la tele. En fin que te deseo buen ánimo para el año
entrante que es pócima de buen curar, si se administra bien.
Si me preguntas por el discurso
real de Nochebuena, te diré que he leído loas e incienso, pero también
reproches por el contenido lleno de tópicos, y por el escenario. Como yo soy
del plan antiguo, o sea de Juan Carlos, me esperaba ver el Belén y la bandera
de España, pero ambos símbolos estaban escondidos, y eso me disgustó. En un
mensaje de Navidad, con miles de cristianos que están sufriendo una de las
persecuciones más sangrientas de los últimos años por creer en Aquel que nació justo
en esta fiesta, lo menos que se espera es una referencia a este hecho. Pues ya
viste, no hubo ni una sola palabra, como tampoco sobre las víctimas del
terrorismo que cada vez se sienten más arrinconadas. Del resto que dijo no
opino, que ya he leído y oído bastante, pero no me pareció nada del otro mundo.
Si te comiste las uvas con la
guapa y el guapo de la tele, echarías el falta un buen humorista que animara el
panorama, del tipo Gila, Tip y Coll, Eugenio, Lina Morgan, Mari Carmen y sus
muñecos, Antonio Ozores o Gomaespuma, que nos alegrara la entrada del nuevo año
y nos hiciera ver la vida con humor, que también es buen medicina para curar
los sinsabores de los tiempos que corren.
Bueno amigo, te repito lo del buen año y ¡conserva
tu buena salud!