miércoles, 23 de enero de 2013

Carta a Robledillo 23 de enero de 2013.

Estimado Robledillo:

Estos últimos días estoy perplejo porque siempre he creído en la buena fe de la gente, basada en el honor, ese concepto que nadie menciona por temor a ser tratado de reaccionario, o por no parecer antiguo, pero lo de la corrupción está destrozando mi visión generosa del ser humano.
No temas, no voy a repetir lo de la súper-corrupción de los políticos –lo mismo da un partido que otro- porque es para malhumorarse, sino otro tipo de corrupción que podría ser “mini-corrupción. Sabes que sus señorías, diputados y senadores, tienen un móvil, una Ipad o una Tablet para su “trabajo”, artilugios que pagamos con nuestros impuestos, como las facturas por su uso. Cuando algunos están en su escaño, según veo en la prensa, su “trabajo” consiste en engancharse a las redes sociales y pasarse todo el rato que dura la sesión de la cámara entretenidos Dios sabe en qué, ajenos a lo allí que cuece, sin levantar la vista del artilugio.

Este apego a los móviles, Ipad o Tablets me recuerda a uno del pueblo que se compró una Iso-Moto. Entonces yo tenía unos diez años o más, y jugábamos en medio de la calle. El motorista se apellidaba Fábregas y no dejaba la moto ni para la siesta. Cuando estábamos en pleno juego aparecía el Fábregas en su moto y nos fastidiaba porque teníamos que apartarnos. Le tomamos ojeriza, y como no podíamos con él porque era mayor, nos dio por llamarle “ahí viene la moto y su Fábregas”. Eso le molestaba pero como a correr no nos ganaba, se tenía que aguantar. Es como ahora que un vecino mío va siempre, mañanas y tardes, en chándal, y me recuerda al Fábregas. Cuando lo veo me digo “ahí va un chándal con mi vecino dentro”.
Como algunas señorías emplean su sueldo en twittear, en vez de patearse el pueblo o la ciudad para conocer in situ los problemas de sus votantes, mejor sería destinar unos escaños de las cámaras para twittear a gusto que podría llamarse “escaño tweet”, como “low cost” pero en escaño. Así cuando los viésemos por el pueblo presumiendo como si fuesen gente estupenda podemos llamarlos “ahí viene la tablet y su señoría” y echar a correr para no votarles más.

Se lo voy a escribir al Presidente del Congreso y del Senado a ver si cuela.