miércoles, 16 de noviembre de 2011

GRIÑAN Y LA LACTANCIA.

Una madre que da de mamar a su bebé practica una forma de canibalismo, según Griñán.

Para quien no lo sepa José Antonio Griñán es el Presidente de la Junta de Andalucia. El diario El País escribe (Sevilla 11-11-2011) que este señor «en un encuentro con colectivos de mujeres advirtió de una las derivadas de la catástrofe económica: el de la "ridiculización" de los avances en materia de igualdad y del "retroceso en la conciencia ciudadana" de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. ¿En qué se nota? En que vuelve a ponerse el acento en el "papel reproductivo de la mujer", creando en las mujeres una "mala conciencia", por ejemplo, para que opten por la lactancia materna de los hijos, algo que él describió como una forma de "canibalismo”.»

Caníbal es el animal que come carne de los de su propia especie, y Griñán es el presidente que ridiculiza a las mamás que dan la teta a sus hijos pequeños. Todo un ejemplo del personaje que está al frente de una de las Instituciones del Estado que, aunque sea la Junta de Andalucía, no se lo merece.

Desde que el mundo es mundo la lactancia materna ha sido el alimento ideal recomendado para el crecimiento y desarrollo de los niños. Esto lo saben todos los pediatras y cualquier mamá, sea o no primeriza, para quien cuidar a su bebé está por encima de todo. Pero hay más: La Organización Mundial de la Salud y Unicef dicen que es imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los seis meses del recién nacido; es recomendable mantenerla al menos el primer año; e incluso durante dos años o más hasta que el niño o la madre decidan.

Las mujeres no tienen complejos a la hora de amamantar a sus hijos por ser algo completamente natural, y para ellas la lactancia es un acto de amor unido a la maternidad. Si Griñán entendiera esto estaría del lado de las mujeres-mamás y jamás hubiera insinuado que la lactancia es una forma de “canibalismo”. Pero no: Él tiene un objetivo más progresista sobre la familia: su aniquilación, y por eso siente desprecio por todo lo que a ella le concierne.

Si con esa ocurrencia Griñán ha pretendido defender la ideología del feminismo de conveniencia, mejor hubiera sido estarse callado porque en este asunto necedades las menos posibles, y ésta es de sobresaliente. Ha metido la pata y ha conseguido ofender a padres y madres con hijos lactantes a los que, por cierto, la Junta de Andalucia poca ayuda les ofrece. Una Institución del Estado no debería estar en manos de un individuo de mente tan opaca. En este caso lo está, y así le va a Andalucía.

sábado, 12 de noviembre de 2011

¿CÓMO SALIMOS DE LA CRISIS?

Informa un Semanal dominical que, para dar respuesta a esta cuestión, a orillas del lago Constanza (entre Alemania, Austria y Suiza) se han reunido diez ganadores del premio Nobel de Economía con otros cientos de economistas de varios países, y han hecho sus propuestas.

Es posible que alguno de los asistentes de alto nivel europeo (Merkel y compañía) que se reúnen un día sí y otro también en Bruselas buscando soluciones para espantar la crisis que nos desvela, haya conocido las recetas de los sabios y se lo esté pensado. Por si acaso, y por si a alguno de los candidatos a presidir el próximo Gobierno de España (estamos en plena campaña electoral) le interesa son éstas:

Primera receta: La de Sir James A. Mirrlees, un escocés de 75 años, matemático, que quiso acabar con la pobreza: “Ya es hora de cobrar el Iva a las transacciones financieras” ha dicho. No parece que vaya a tener mucho éxito porque los grandes fondos que hacen inversiones millonarias sin tributar, no le harán caso, porque mermaría sus grandes beneficios.

Segunda receta: Esta es del alemán Reinhard Selten, 83 años, paisano de Merkel que se dedicó al póker y al ajedrez. Dice. “El riesgo de las acciones debe avisarse con etiquetas, como las de los alimentos”. Esto es para los más entendidos en la materia, pero más o menos ha querido decir que se avise si están caducadas o a punto. Vaya usted a saber.

Tercera receta: El profesor en Berkeley George A. Akerlof corta por lo sano: “¡Los que lleven a una empresa a la quiebra, a la cárcel!”. Este premio Nobel arremete contra los ejecutivos que, a sabiendas, expolian y extraen provecho personal de sus empresas. Si viviera en España añadiría a ese grupo a muchos políticos, y veríamos lo que es bueno.

Cuarta receta: John F. Nash jr, estadounidense de 83 años que padeció esquizofrenia ha dicho algo que ya se ha oído por otro lado: “Crear una moneda mundial nos daría estabilidad”. O sea propone un sistema de cambio basado en una moneda ideal que sirva para estabilizar las monedas nacionales. A ver quién da el primer paso.

Quinta receta: Otro americano del Norte más joven (60 años) está muy atinado cuando afirma que “Se puede crear empleo invirtiendo en infraestructuras”. Vale tío, pero los países ahora están más ocupados en la enorme deuda que tienen por la mala gestión de sus gobiernos y no tienen ni un euro para una simple carretera.

Sexta receta: El también americano Daniel L. Mcfadden de 74 años, que cuando le dieron el Nobel tuvo como recompensa adicional una plaza de garaje en la Universidad donde enseña, apunta a los mercados: “¡Hay que regenerar moralmente a los mercados!”. Y aparcó su coche. Esto está muy bien si se regenera totalmente toda la sociedad actual tan egoísta.

Séptima receta: Edward C. Prescott de 70 años le dieron el Nobel por su análisis de los Bancos Centrales y tal vez por eso se ha metido en un berenjenal. “Debemos eliminar las ayudas a los parados”, ha propuesto, y que se sepa nadie le ha corrido a gorrazos hasta hoy. Debería analizar la vida de un parado de larga duración.

Octava receta: “Los Estados deben crear un nuevo tipo de bancos que financien a los innovadores” es la receta de míster Edmund S. Phelps, uno de Nueva York que también piensa que Occidente ha vivido por encima de sus posibilidades y se ha arruinado. Pero ¿para qué más bancos si los que hay tienen el grifo cerrado?

Novena receta: El bostoniano William F. Sharpe era quien aconsejó no poner todos los huevos en la misma cesta, y ahora sentencia: “Los inversores han aprendido la lección: deben volver a lo sencillo”. O sea que primero se inventaron nuevos productos financieros muy complicados que todos aceptaron, y ahora preconiza volver atrás. Y a los incautos que invirtieron en esos productos que resultaron tan poco rentables ¡qué!

Decima receta: Por fin un canadiense, Myron S. Scholes de 70 años, ha dicho algo entendible: “Es necesario dar créditos y no subir los impuestos”. Desde el punto de vista económico esto debía ser la primera tarea del futuro gobierno de España salido de las elecciones del 20-N, porque el anterior gobierno ha conseguido el record de lo contrario.

Como se ve cada sabio Nobel tiene su fórmula, unas, como la primera, la tercera, la quinta, la séptima y la décima, las entiende cualquiera pero otras no hay por donde hincarles el diente, porque son solo para sabiondos.

viernes, 11 de noviembre de 2011

UN CURA CON ALZACUELLO

Esto que aquí se cuenta es una anécdota que le sucedió a un sacerdote en la celebración del Halloween, esa moda importada que está convirtiendo la celebración de Todos los Santos y el Día de los Difuntos en una fiesta pagana donde prima el disfraz, el terror, el truco o trato, y los niños vagando por la calle como duendes, fantasmas o demonios.

El cura en cuestión se encontró con un grupo de chavales disfrazados que, en una de sus correrías, ellos le preguntaron de qué iba disfrazado. Y es que vestía con alzacuello. El joven cura trató de explicarles que su vestimenta era una seña de identidad religiosa, a lo que los chicos respondieron que ellos querían causar miedo. El cura quiso aclararles que él intentaba que hubiera bondad y paz, y ello desató risas e insultos en la chiquillería.

A la ignorancia se unió la mala educación que son las señas de identidad que se han instalado en buena parte de nuestros jóvenes a causa del bajísimo nivel de un sistema educativo tan nefasto para ellos, que resulta preocupante para su propio futuro. Si años ha el desarrollo escolar se medía con niveles de exigencia altos, hoy las calificaciones se miden con el nivel más bajo, lo que hace temer que esas generaciones estén abocadas al fracaso.

Lo ocurrido al cura con alzacuello tiene otro punto de vista. La mayoría de los curas no llevan alzacuello y ¡así no hay modo de diferenciarlos de las demás personas! Los chavales de hoy no están acostumbrados de ver sotanas ni alzacuellos por la calle; ergo no debe extrañar la pregunta que le hicieron al cura de la anécdota.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

JOSE BONO

José Bono Martínez, a la hora de escribir estas líneas, es Presidente del Congreso de los Diputados de España. Personalmente se confiesa católico. En una conversación reciente publicada en un periódico, la interlocutora debió sonsacarle algo de la vida en soledad,-sabiendo lo de su separación matrimonial era obvia la cuestión-, y él respondió que «Yo no sé vivir solo, y para estar solo ya tengo toda la eternidad por delante». La eternidad ¿es soledad? Si el señor Bono, católico ¿de boquilla?, leyera el Apocalipsis 7, 9-13 conocería que el vidente dice “Después de esto vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero vestidos con vestidura blancas y con palmas en sus manos. Y cantaban y gritaban…”. Ítem más, si hubiera leído el capítulo 25 de San Mateo donde habla del juicio final sabría que “Cuando venga el Hijo del Hombre… todos los pueblos serán llevados a su presencia etc.” Finalmente si reza la oración del Credo dirá “Creo en la comunión de los santos, y en la resurrección de la carne”. Recopilando: Muchedumbre que nadie puede contar… todos los pueblos… comunión de los santos… resurrección, ¿a qué soledad se refiere el señor Bono? ¡No será a la soledad del cementerio esperando que sus familiares le lleven flores el día de los Difuntos! ¿Cree de verdad que esa afirmación concuerda con la fe del catolicismo al que dice pertenecer?

Por su condición de hombre público que, además, presume de católico merecería un reproche, pero aquí solo se trata de convencer al creyente de que este es un pensamiento débil y revocable. La comunión de los santos es la unión común con Jesucristo de todos los fieles cristianos que gozan de la bienaventuranza celeste juntos en una asamblea conjunta. No hay pues vida solitaria en la eternidad.

Otra cuestión será que el señor Bono no crea en la resurrección de la carne ni en la comunión de los santos, en cuyo caso será un católico a su antojo y eso no vale. Por si la separación conyugal lo ha sumido en un cierto desánimo podría acudir al libro de las Lamentaciones: “He perdido la paz, me he olvidado de la dicha. Recordar mi aflicción y mi angustia, es hiel y veneno, no dejo de pensar en ello, estoy desolado…pero no se agota la bondad del Señor. El Señor es bueno para quien espera en él, para quien lo busca. Bueno es esperar en silencio el auxilio del Señor”. Seguro que se reconforta.