sábado, 12 de noviembre de 2011

¿CÓMO SALIMOS DE LA CRISIS?

Informa un Semanal dominical que, para dar respuesta a esta cuestión, a orillas del lago Constanza (entre Alemania, Austria y Suiza) se han reunido diez ganadores del premio Nobel de Economía con otros cientos de economistas de varios países, y han hecho sus propuestas.

Es posible que alguno de los asistentes de alto nivel europeo (Merkel y compañía) que se reúnen un día sí y otro también en Bruselas buscando soluciones para espantar la crisis que nos desvela, haya conocido las recetas de los sabios y se lo esté pensado. Por si acaso, y por si a alguno de los candidatos a presidir el próximo Gobierno de España (estamos en plena campaña electoral) le interesa son éstas:

Primera receta: La de Sir James A. Mirrlees, un escocés de 75 años, matemático, que quiso acabar con la pobreza: “Ya es hora de cobrar el Iva a las transacciones financieras” ha dicho. No parece que vaya a tener mucho éxito porque los grandes fondos que hacen inversiones millonarias sin tributar, no le harán caso, porque mermaría sus grandes beneficios.

Segunda receta: Esta es del alemán Reinhard Selten, 83 años, paisano de Merkel que se dedicó al póker y al ajedrez. Dice. “El riesgo de las acciones debe avisarse con etiquetas, como las de los alimentos”. Esto es para los más entendidos en la materia, pero más o menos ha querido decir que se avise si están caducadas o a punto. Vaya usted a saber.

Tercera receta: El profesor en Berkeley George A. Akerlof corta por lo sano: “¡Los que lleven a una empresa a la quiebra, a la cárcel!”. Este premio Nobel arremete contra los ejecutivos que, a sabiendas, expolian y extraen provecho personal de sus empresas. Si viviera en España añadiría a ese grupo a muchos políticos, y veríamos lo que es bueno.

Cuarta receta: John F. Nash jr, estadounidense de 83 años que padeció esquizofrenia ha dicho algo que ya se ha oído por otro lado: “Crear una moneda mundial nos daría estabilidad”. O sea propone un sistema de cambio basado en una moneda ideal que sirva para estabilizar las monedas nacionales. A ver quién da el primer paso.

Quinta receta: Otro americano del Norte más joven (60 años) está muy atinado cuando afirma que “Se puede crear empleo invirtiendo en infraestructuras”. Vale tío, pero los países ahora están más ocupados en la enorme deuda que tienen por la mala gestión de sus gobiernos y no tienen ni un euro para una simple carretera.

Sexta receta: El también americano Daniel L. Mcfadden de 74 años, que cuando le dieron el Nobel tuvo como recompensa adicional una plaza de garaje en la Universidad donde enseña, apunta a los mercados: “¡Hay que regenerar moralmente a los mercados!”. Y aparcó su coche. Esto está muy bien si se regenera totalmente toda la sociedad actual tan egoísta.

Séptima receta: Edward C. Prescott de 70 años le dieron el Nobel por su análisis de los Bancos Centrales y tal vez por eso se ha metido en un berenjenal. “Debemos eliminar las ayudas a los parados”, ha propuesto, y que se sepa nadie le ha corrido a gorrazos hasta hoy. Debería analizar la vida de un parado de larga duración.

Octava receta: “Los Estados deben crear un nuevo tipo de bancos que financien a los innovadores” es la receta de míster Edmund S. Phelps, uno de Nueva York que también piensa que Occidente ha vivido por encima de sus posibilidades y se ha arruinado. Pero ¿para qué más bancos si los que hay tienen el grifo cerrado?

Novena receta: El bostoniano William F. Sharpe era quien aconsejó no poner todos los huevos en la misma cesta, y ahora sentencia: “Los inversores han aprendido la lección: deben volver a lo sencillo”. O sea que primero se inventaron nuevos productos financieros muy complicados que todos aceptaron, y ahora preconiza volver atrás. Y a los incautos que invirtieron en esos productos que resultaron tan poco rentables ¡qué!

Decima receta: Por fin un canadiense, Myron S. Scholes de 70 años, ha dicho algo entendible: “Es necesario dar créditos y no subir los impuestos”. Desde el punto de vista económico esto debía ser la primera tarea del futuro gobierno de España salido de las elecciones del 20-N, porque el anterior gobierno ha conseguido el record de lo contrario.

Como se ve cada sabio Nobel tiene su fórmula, unas, como la primera, la tercera, la quinta, la séptima y la décima, las entiende cualquiera pero otras no hay por donde hincarles el diente, porque son solo para sabiondos.

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