lunes, 24 de diciembre de 2012

Estimado Robledillo, feliz Navidad

24 de diciembre de 2012.

No creas que me he olvidado de felicitarte en estas fechas, pero cogí carrerilla mandando correos a los amigos por Internet y he descuidado a los que escribo renglón a renglón. De momento aquí llevas mi felicitación de Navidad y de Año Nuevo para que te llegue antes del fin del mundo que anuncian los periódicos cuando no tienen cosa mejor que escribir. Para mí que el fin del mundo queda lejos pero… ¡mejor leer el Apocalipsis para darnos una idea!
No te mando tarjeta de Navidad, o sea un christma dedicado, porque envié uno a otro amigo y me devolvieron la carta por franqueo escaso en 30 céntimos. Tuve que ir a correos a reenviárselo y pagar los 30 céntimos, ¡que ya está bien! Era una tarjeta con motivos navideños, no esa moda de la foto de los nietos con dedicatoria como si los críos supieran de dedicatorias. Los padres de ahora se empeñan en hacer adultos a sus hijos, como si no les quedara tiempo para hartarse de ser mayores. De pequeños nosotros éramos más chiquillos; siempre jugando en la calle. Eso sí, hacíamos la pascua pero no la felicitábamos.

Otra cosa. Como estoy tentado por la red, o sea Internet, me he hecho una cuenta en Twitter, una de esas redes sociales en la que cada cual escribe las ocurrencias más dispares para airearlas al espacio y las pueda leer un canguro de Australia, por ejemplo. Nos hemos acostumbrado a contar cosas nuestras sin más compañía que la soledad del ordenador y se ha perdido la charla cara a cara con el amigo o confidente que compartía tu inquietud o daba respuesta inmediata a tu preocupación. De estudiante nos reuníamos un grupo de amigos los domingos por la tarde en alguna cafetería para dialogar y vernos las caras, lo que resultaba reconfortante, y no te cuento cuando “me eché” novia que aprovechábamos cualquier rato para hablar y conocernos. Ahora van las parejas hablando cada uno con su móvil ignorando a quien tiene a su lado. Solo paran para “morrearse”, luego siguen escribiendo SMS pero no se dicen ni mu.
Te decía lo del Twitter porque la cuenta te pide que escribas tu perfil, que para que lo entiendas es lo que siempre se ha llamado curriculum. No he puesto nada porque con una vida tan larga no me cabría, pero he pensado resumirla en las tres reglas o principios que me has oído muchas veces, que son: Regla primera: Cuando “soy de letras”, y escribo algo, lo hago con “sujeto, verbo y predicado” como enseña la primera lección de la Gramática. Regla segunda: Si me cambio a “ciencias” me inclino por la proposición que dice “la línea envuelta es menor que la envolvente” en vez del famoso teorema de Pitágoras. Esto es de Geometría. Y como soy algo creyente que miro a lo Alto, la Regla tercera dice “El principio de la sabiduría es el temor de Dios” que es un versículo del Salmo 110 que luego sigue “tienen buen juicio los que lo practican” pero hasta ahí no llego. Con letras, ciencias y espíritu tengo resumida mi vida, con permiso de mi mujer.

Bueno amigo, la cercanía de la Navidad sirve para felicitarnos, para contarnos algo y para darnos un abrazo. Ahora voy a cantar villancicos con los nietos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Carta a Robledillo 30 de noviembre de 2012.

Estimado Robledillo:

Como en tu reciente carta me cuentas travesuras de tus nietos, te voy a contar algo de los míos que, aun siendo más pequeños, ya apuntan maneras de traviesos, propio de su edad.
Sabrás que tengo dos nietos y tres cuartos de otro,-o sea casi tres,- pero iba camino de un cuarto que, por causas que solo Dios sabe, se frustró a las pocas semanas y no llegó a ver la luz del Sol. El “pequeño Angel”, como lo he bautizado en mi fuero interno, espero que “viva” donde la claridad es permanente, y que nos haya cogido la delantera, cosa que me consuela.  

La que hace número tres, -pues es una niña-, nacerá cuando 2013 lleve recorridas unas cuatro semanas, y será entonces cuando los abuelos, los tíos y demás familia, de acuerdo con la rutina del momento, le sacaremos parecido con la madre, o con la abuela, o incluso con el padre…
De los otros, Pablo es el mayor con tres años, y ya va al Colegio. Le sigue su prima Myriam, que desde octubre va a la guardería. A los dos los “madrugan” sus padres para dejarlos en el Cole o en la guardería, mientras papás y mamás van a sus respectivos trabajos. Lo mismo que les pasa  a casi todos. A esas edades yo iba a la escuela de Doña Felicidad, sin madrugar claro, con un babero para no mancharme y así empecé a conocer las primeras letras y los primeros números, y a rezar, cosa que hoy no se lleva. Cómo ha cambiado el modo de vivir.

Un día estaba Pablo sentado en la salita de casa y le dio por apagar y encender la luz. Le insistí para que no lo hiciera y como no hacía caso, retiré la silla donde estaba lejos de la llave de la luz, y… ¡cómo se puso! Alzó la voz y con su media lengua empezó a regañar. Le oí decir que me fuera a la pared a pensar. ¿A pensar? Resulta que cuando en el Cole se pelean, “la seño” los manda “a la pared a pensar” como si fuese un castigo. Me dije: Algo no casa bien, ¿un mocoso de tres años asocia el castigo con pensar? Y a esa edad, ¿en qué puede pensar el crio?  A nosotros nos ponían de cara a la pared y eso era leve; si contara lo de la vara de Don Diego, o los pescozones del Hermano José en el Colegio por no saber el teorema de Pitágoras, más de uno se escandalizaba.
Myriam se enrabieta mucho cuando están sus padres y chilla como una condenada, pero es más pacifica si se queda sola con nosotros. Si está de “buen humor”, en cuanto oye música se pone a bailar a su aire y le salen las gracietas. Como buena señorita, es muy cariñosa.    

La otra tarde alguien dijo algo de la Navidad y le pregunté a Pablo si sabía lo que era la Navidad. Me contestó que eran las luces y Papá Noel. Conseguí captar su atención unos segundos, y le expliqué que la Navidad es una fiesta donde nace el Niño Jesús. Aunque estaba en sus juegos creo que se lo aprendió, veremos cuando se lo pregunte otro día. Insistiré de nuevo cuando montemos el belén, para que cuando tenga un par de años más no diga que la Navidad son las luces del Corte Inglés…y los regalos.

En fin cosas de los nuevos tiempos, donde los críos perciben lo que ven en los mayores para quienes la Navidad es sinónimo de regalos, de compras, de comer y beber, desvirtuando su auténtico significado. Que lo pases bien.

domingo, 21 de octubre de 2012

Carta a Robledillo 21 de octubre de 2012

Estimado Robledillo:
Supongo que habrás oído la sandez de uno que dice ser portavoz de la Confederación de padres y madres de alumnos que, en la huelga de estudiantes de Secundaria de esta semana, le echa en cara al ministro de Educación que “no quiere volver a la escuela de los años 50”. Digo que menuda sandez, porque viendo la foto del tío ese no parece que viviera en aquellos años de nuestra infancia. Yo le diría, ¡qué más quisiera tener hoy en cualquier aula el grado de aplicación que tuvimos entonces!, los maestros para enseñar y nosotros para aprender.

En la escuela de Don Diego, mi maestro de aquellos años, aprendí Historia, Geografía, Lengua, Matemáticas, Religión, y todo estaba en una enciclopedia que no había que llevarse a casa para hacer deberes porque después de la clase nos íbamos a jugar. En la escuela, que a ese gachó no le gusta, me enseñaron muchos conocimientos que me sirvieron para el futuro, y, además,  aprendimos cortesía, buenos modales, o respeto, conductas que ahora están olvidadas.
Ahora los chicos cargan mochilas con libros, llevan deberes a casa, tienen ordenadores, y sin embargo están en la cola del mundo en saber y en educación. ¿Es eso lo que quiere mantener el sesudo portavoz de la Confederación? Pues menudo carrerón lleva: habrá más analfabetos.  
Pero esta semanita nos ha obsequiado, además, con una infamia, diría yo, de un tal Gómez. Este muchacho, del Psoe, ha acusado a los abuelos de los diputados del PP en la Asamblea de la Comunidad de Madrid de “robar a millones de españoles la infancia, y ahora ustedes, que son sus nietos les quieren robar la jubilación”. Se debía referir a actitudes de nuestros padres en la época de Franco sobre sus hijos, o sea nosotros. A este impresentable, cuyo segundo apellido es Franco, ¡qué cosas!, le contaría lo de mi infancia en la escuela de Don Diego, pero añadiría que mis padres trabajaron de sol a sol para que yo estudiase seis años de Bachillerato con dos reválidas y una carrera técnica de ocho años que me sirvió para trabajar sin parar más de cuarenta años en empresas españolas y después jubilarme. A mí nadie me robó la infancia ni me ha quitado la pensión de jubilación.
Esto lo sabes tú, pero al muchachito del Psoe, que acusa a quienes ya no pueden defenderse, hay que decirle el dicho ese de “que le falta un tornillo” y debía estar con camisa de fuerza.  
Verás que estoy rabioso porque veo que estos políticos tan de baja estofa, no solo irritan, sino que hacen daño a nosotros y a nuestros hijos, y cada vez vamos a peor.
Otro día estaré de mejor humor.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Carta a Robledillo 8 de septiembre de 2012

Estimado Robledillo:

Empiezo esta carta el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, que siempre se conoció como fiesta de la Virgen de Agosto, pero ya veré cuando la termino porque estamos celebrando el patrón -San Roque- de este pueblo del altiplano granadino donde paso unos días y me falta el sosiego necesario para escribir, estando en fiestas. Pero te cuento algo.
 
Las fiestas tienen su programa de actos y todo, pero nunca se cumple, y cuando ocurre es por pura casualidad. Uno que sí se cumplió fue el homenaje a los de la Tercera Edad con una cena informal seguida de baile, a la que hay que ir según la lógica vecinal: “Vamos a la cena porque nos pertenece”, o sea, la edad es la que te da el derecho a asistir. El baile estuvo amenizado por un dúo musical que interpretó pasodobles, vals, boleros, etc. acorde con la edad y recuerdo de los asistentes. Al primer pasodoble la pista se llenó de parejas setentonas y así continuó un par de horas hasta que algunos jóvenes coparon la pista.
 
No perdí ocasión de echarme unos bailes con mi mujer, “agarrao” a ella como está mandado, no como ahora bailando suelto que lo mismo te encuentras frente a una señora estupenda que ante un gachó danzando como los indios. Fíjate, a diferencia de los homenajeados que bailamos cada cual con su marido o con su mujer, los jóvenes en la pista se movían solos a su aire y, tanto ellos como ellas, con la inevitable copa en la mano como si no supieran moverse sin ella. Los chicos uniformados con bermudas, camisetas pringosas y chancletas como calzado de lujo, y ellas con pantaloncito corto o minifalda, que más parece un cinturón ancho, y zapatos de suela alta para disimular su baja estatura. Es la moda amigo.
 
Este año por causa de la crisis los mandamases han eliminado una atracción de otros años que se titulaba “GLOBO AEROSTÁTICO. ADRENALINA EN EL AIRE”, y que en el programa figuraba como que “... se podrá disfrutar de ascensos en globo para comprobar las magnificas vistas de nuestro pueblo desde más de 30.000 metros de altura. Absténgase gente con problemas cardíacos”. Si lo de la adrenalina y de los problemas cardíacos eran importantes, faltaba aconsejar ir bien abrigado para no congelarse a esa altura, y advertir que se podían ver aviones en ruta o las cumbres de Sierra Nevada, y con suerte alguna nave espacial en su camino sideral. De paso habría que sugerir hacer testamento por si al ángel de la guarda le diese vértigo y se volvía. ¿A que tiene su gracia? Pues es real tal como lo cuento.
 
Las fiestas terminaron con una paella popular cocinada entre varios al aire libre. Provistos de una generosa ración, nos cobijamos del sol casa del amigo Esteban y su mujer, ambos muy atentos que incluso nos obsequiaron de postre con melocotones de su huerta. En la conversación salió lo de las matanzas, que hacen en diciembre, y ni corto ni perezoso el amigo Esteban apareció con un “peazo” de jamón de su matanza, tan grande que casi rompe la mesa de lo pesado. Quería regalárselo a un hijo suyo. Eso fue a mediodía, para la noche mucha verbena hasta las tantas.
Por fin hoy termino la carta que echo al buzón ya mismo. Volví hace unos días de aquel pueblo directo a la civilización del ruido y de la prisa, pero que se le va a hacer. Ahora te toca a ti contarme algo de tu veraneo.

viernes, 3 de agosto de 2012

Carta a Robledillo 3 de agosto de 2012

Estimado Robledillo:

Uno de estos domingos estuve en el bautizo de un sobrino nieto en el Santuario de la Virgen. Todo muy familiar y agradable. La ceremonia del bautizo fue tan ruidosa como la de una boda, porque la gente –aunque sea la familia, como en este caso- habla mucho, se distrae, no participa en el rito y está deseando irse al restaurante.

Ya en el comedor encontré a tu amigo al que llaman el Catines que lucía un enorme mostacho sacado de un cuadro de principios del siglo XX. Por el bigote me recordó a mi padre que llevaba uno igual. Por eso lo de Paco “Bigotes”, que ya se sabe que en los pueblos te conocen más por el apodo que por el nombre. Hace ya muchos años, cuando yo vivía más tiempo en el pueblo, se me ocurrió hacer una lista de los apodos de la gente, y me salió redonda. Se la presté a un amigo y ya nunca supe más de ella. La perdería. Hoy sería un buen recuerdo de muchos paisanos.

El Catines (lo llamo a sí porque no se su nombre) me contó que llevar el mostacho le había servido para presentarse a un concurso de barbudos y bigotudos de todos los países que se reúnen todos los años para elegir el campeón mundial. El año pasado la cita fue en Noruega y allá que fue con su mostacho. Me enseñó algunas fotos de barbudos y bigotudos muy originales. Este año piensa ir a Las Vegas a competir, y aunque el bigotazo lo cuida mucho, me confesó que es de una modalidad algo pasada y no tiene nada que hacer, pero va porque se divierte.

En plan de broma le dije que invitase a los sindicalistas Méndez y Toxo, uno barbudo y el otro bigotudo, al concurso de Las Vegas, y casi se me lanza a la yugular. Para calmar los ánimos le hablé de Rajoy, pero contestó que su barba es de andar por casa: vulgar.
Para tirarle de la lengua insistí en lo de los sindicalistas (ya llevábamos un par de cervezas) y  entonces se le soltó la lengua. ¡Mira! me dijo, Méndez tiene una poblada barba de cien días por lo menos, muy poco cuidada. Da la impresión de que le repele un buen gel de baño o un champú, y mira que hay clases. Toxo lleva un bigotillo de los años 50 y 60, similar al que lucía Franco. ¿A que tiene su gracia? Para ir a ese concurso, Méndez tendría que recortar un poco su barba y usar algo de gel de vez en cuando. A Toxo le recomendaría que se dejara crecer el bigote hasta parecerse al de Stalin que le iría mejor y son del mismo partido. Con el aspecto que tienen ahora, tan antiguo como sus ideas, no pasarían la primera prueba del concurso.

Después del mitin que me echó –ya por la tercera cerveza- nos separamos para irnos a la mesa que cada uno tenía asignada. Desde ese momento le perdí de vista.
A los dos o tres días vi en la prensa una foto de Méndez al que abucheaban en una plaza de Madrid mientras tomaba un refresco llamándole de todo menos bonito, y recordé la conversación con tu amigo Catines.

Ni a ti ni a mí nos van a invitar al concurso de barbudos y bigotudos porque ninguno llevamos barba o bigote, pero lo pasaríamos bien con las cosas del Catines. 

Ya te contaré más, que hoy hace mucho calor.

lunes, 9 de julio de 2012

Carta a Robledillo 9 de julio de 2012

Estimado Robledillo:

Te escribí el día que la Selección de Fútbol se enfrentaba a Italia en el primer partido de la Eurocopa 2012. Quien iba a decirnos que los mismos equipos serían los finalistas y que seríamos  campeones. Aunque no seas futbolero, supongo que verías la final y los cuatro goles que les metimos a los italianos, que días antes habían vapuleado a Alemania. No sé en el pueblo, pero aquí, el domingo de la final, se creó un ambiente de camisetas rojas que hasta los autobuses eran gratis si vestías la camiseta de la selección española. Por cierto, lo de llamar “la roja” a la selección no me gusta. Un amiguete me mandó un correo electrónico que decía que, aquí la únicas rojas eran Dolores Ibarruri y Pilar Barden. ¡Ja ja!

Al final se desató la euforia de cohetes, bocinazos, banderas etc. y vivas y vítores a los héroes: entrenador, futbolistas... y a la copa, el anhelado trofeo. Oí o leí algunos comentarios de la gente y los hay para todos los gustos.

Uno de ellos preguntaba “¿Qué pasaría si se trasladara la dirección del equipo de futbol al Gobierno?” y él mismo respondía que “Un presidente como del Bosque y unos ministros tan profesionales como los futbolistas podrían tener buenos logros, porque son líderes que hablan poco y hacen lo que deben”. A un argumento tan simplón contestaría que tan “profesionales son, y hacen lo que deben”, los cirujanos que operan a un paciente; los ingenieros que construyen una refinería; los músicos que interpretan una pieza clásica; o los investigadores que descubren avances de la Ciencia, pero como sus éxitos no son tan sonados, nadie dice de llamarlos a formar el Consejo de Ministros. El comentario demuestra la escala de valores que tenemos.
Otro, algo más sensato se interrogaba “España, potencia deportiva, ¿y ética?” Decía alegrarse de los éxitos deportivos en futbol, golf, tenis, ciclismo etc. pero hubiera preferido regocijarse por no estar entre los países con un índice de corrupción tan alto. Le producía sonrojo vivir en un país con tanto corrupto en muchas instituciones. Razón no le falta. Noté lo mucho que cala la   corrupción en la gente, porque hay que ver cuánto se ha robado de las arcas del Estado.

Ahora nos toca pagarlo a ti y a mí. Vale que el Gobierno suba los impuestos porque la caja está vacía, pero debía prestar atención a las cosas menudas que cabrean más a la gente, como que suba la gasolina, la luz, el gas, el pan, el pago de las medicinas, y ahí el Gobierno patina y no anda fino.  
Bueno te dejo, que me estoy mosqueando yo solito.

domingo, 10 de junio de 2012

Carta a Robledillo 10 de junio de 2012

Estimado Robledillo:

Ya sabes mi costumbre de pasear por las mañanas, sea invierno o verano, y después desayunar  un café y una tostada con aceite. Los domingos cambio el hábito: en vez de tostada me tomo tres churros recién hechos en bar diferente al de otros días. Siguiendo la rutina dominical, al llegar esta mañana me ha extrañado que las conversaciones de los parroquianos no hablaran del partido de futbol de la Eurocopa 2012 entre España e Italia de esta tarde, sino del “rescate” para unos o “crédito” o “préstamo” para otros, pedido por el Gobierno a Europa para los bancos y cajas por importe de hasta 100.000 millones de euros que no es calderilla precisamente.

Como te digo me ha llamado atención y hasta me he alegrado de que la gente hablase de ese asunto y no del fútbol, porque demuestra que somos conscientes de qué es primordial ahora para España y no el partido o el campeonato futbolístico. ¡Ya era hora!

Ha habido opiniones para todos los gustos, pero en general iban bien encaminadas y creo que los que allí estaban conocían de qué iba la cuestión. La conclusión que yo saco de esto es que se trata de una ayuda a parte de los bancos dañados por la crisis inmobiliaria; que el dinero se dará al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) encargado de distribuir las ayudas a quien lo pida, pero supervisado por el Fondo Monetario Internacional; que los demás países han sido solidarios con España, uno de sus miembros; que ese dinero hay que devolverlo con el interés que se pacte; y que los españoles,- de momento- podemos estar tranquilos sobre los ahorros que tengamos en los bancos. Ahora cuéntame tu opinión.

Otra cosa. Invitado por un antiguo hermano de La Salle, el Hermano Julián, ahora de seglar Carlos Urdiales, ayer tarde fui a una Iglesia donde cantaron la Misa de Ángelis. Un pequeño coro de hombres y mujeres ya maduros nos deleitaron con el Kyrie; el Gloria in excelsis Deo; el Credo in unum Deum; el Santus; el Pater noster, y el Agnus Dei, como los cantábamos en el Colegio en las misas de cierta solemnidad. Aunque la celebración duró una hora, se me pasó en un suspiro pues me trasladó a sesenta años atrás, cuando empezaba a vestir pantalón largo. Entonces no se hablaba de rescate, ni de prima de riesgo, ni de fondos de inversión, ni nada por el estilo, pero sabíamos latín, una lengua muerta que nos hizo conocer la raíz de las palabras, cosa que hasta los más eruditos de ahora ignoran.

Por ahora no te inquietes mucho por lo de los bancos y ve el futbol de esta tarde. A lo mejor hasta somos campeones.

domingo, 20 de mayo de 2012

Carta a Robledillo 20 de mayo de 2012

Estimado Robledillo:

En cuanto terminé de leer tu última carta me empezó a doler la cabeza, porque me preguntabas se había hecho la declaración de la Renta, que es como nombrar la zorra en el gallinero.

Pues sí la hice y acabé de mal talante sobre todo por lo que ha aumentado el valor catastral del piso, ni que fuera de lujo. Cada año pago más aunque la pensión sigue igual, pero como sube lo del valor catastral y quitan deducciones, me sale a pagar más. Y como ha subido el valor catastral también subirá el IBI que habrá que pagar dentro de unos meses.
A mí lo del IBI me cabrea más que la renta porque considero que es un impuesto injusto. Y no es invento de ahora porque recuerdo como mi padre hablaba de que había que pagar la contribución urbana, que serían unas 200 o 300 pesetas, y ahora son más de 400 euros, casi 70.000 pesetas.
Por cierto, alguien me dijo que el Ayuntamiento del pueblo va a proponer cobrar el IBI a la Iglesia como quieren hacer otros ¿sabes algo? Cuando oí esto traté de enterarme por si tenían razón o no, y recurrí a un amigo que sabe de esto.
Vamos con lo que un amigo me explicó. En 2002 se aprobó la ley de Mecenazgo que establece un régimen fiscal para una serie de instituciones en España que colaboran con la sociedad, como son fundaciones, asociaciones de utilidad pública, ONGs al desarrollo, federaciones deportivas y confesiones religiosas que tienen acuerdos de colaboración con el Estado, las cuales tienen una serie de exenciones –entre ellas el IBI- sobre los bienes en los que no se desarrollen explotaciones económicas por las que haya que pagar impuestos. Como es una ley para toda España, los ayuntamientos no pueden ir contra ella.
Si se cambiara esa Ley, en el caso de la Iglesia habría que ir a los acuerdos entre el Estado Español y el Estado Vaticano y saber que exenciones afectan a los bienes de la Iglesia.

Mi amigo añadió que no solo los inmuebles de la Iglesia católica están exentos del IBI, sino también los de las asociaciones confesionales no católicas reconocidas, los del Estado, las comunidades autónomas y entes locales, los destinados a seguridad, educación y defensa, las embajadas y consulados y los de la Cruz Roja, entre otros.

Como ves a algunos ayuntamientos les gusta perder el tiempo en debatir algo que no pueden hacer, pero se consuelan con tal de fastidiar a la Iglesia. Yo deduje además esos alcaldes, concejales, secretarios etc. son torpes, malintencionados y no se conocen las leyes y acuerdos.

Ya sabes algo más. Hasta otra.

jueves, 19 de abril de 2012

Carta a Robledillo 19 de abril de 2012

Estimado Robledillo:

Hay que ver la que liamos los españoles porque el Rey se ha ido a pegar tiros a África. No me vayas a decir eso de que “con la que está cayendo”, -que vaya frasecita más desacreditada- porque tú no eres tan papanatas como los loritos que repiten frases a la moda.

Mira, la gente de “este país”, nombre progre de España, tenemos un defecto más antiguo que el arca de Noé. Confundimos lo principal con lo secundario, la paja con el grano, la apariencia con la sustancia. Quien dijera que somos un país de porteras y de chismorreo, tenía razón. Mientras perdemos el tiempo en criticar maliciosamente al Rey o en pedir su abdicación, va la Cristina Kirchner y, por la cara, nos vacía el depósito de Repsol, una empresa española puntera y nos deja con dos palmos de narices. ¿Y qué han hecho nuestros aliados de Europa o de Estados Unidos? Esconderse para evitar compromisos porque les damos pena.

Menos mal que el Rey ha pedido disculpas (tampoco sé muy bien porqué) ya que con lo a gusto que se nos dan los linchamientos, no me hubiera extrañado que los de la tricolor, puño en alto, siguieran erre que erre en que abdicara o que diera paso a la Tercera República, sin cavilar en el formidable lio en que nos íbamos a meter. No sé a ti, pero a mí me cabrea que estos resabiados sigan cobrando de lo que me retiene Hacienda de la pensión.

Los tertulianos que pueblan la radio, la tele y los periódicos, o como le oí a un amigo, los “neo sabelotodo de chichi nabo”, han estado prestos a machacar al Jefe del Estado, cuando “este país” alias España, lo que más necesita es consolidar su economía y su prestigio. Pocos han dicho, para que la gente se entere, que el viaje a África era una invitación de los dos interlocutores que inclinaron la balanza a favor de la opción española del proyecto del AVE de La Meca a Medina, en el que la intervención del Rey fue decisiva para que se adjudicara a un consorcio español, en el que están Talgo, ACS, OHL o Indra, un contrato de unos 7.000 millones de euros nada menos. Para que te aclares y por si te sirve de algo, ese es el precio del elefante cazado.

A lo mejor a este Rey tan denostado el Gobierno le encarga que se de un paseo por Buenos Aires para afearle a Cristina Kirchner su poca delicadeza para muchos españoles que tienen unas cuantas acciones en Repsol para ganar unos euros, aunque lo veo difícil.

Por cierto, no sé si has oído que Repsol ha ampliado la refinería que tiene en Cartagena donde ha invertido más de 3.000 millones de euros. Eso son las noticias que me saben a gloria leer, no solo porque aumenta su producción de petróleo y crea puestos de trabajo, sino porque yo soy más de industria que de servicios. Menos mal que no lo ha hecho en Argentina.

Bueno ya sabes dónde estoy para lo que gustes.

jueves, 15 de marzo de 2012

Carta a Robledillo 15 de marzo de 2012

Estimado Robledillo:

Cuando el telediario daba la noticia de que la niña de Baeza que denunció a sus padres por no dejarla salir de noche había huido del centro de menores de la Junta de Andalucia, me acordé de las veces que hemos hablamos sobre la familia actual. Luego oí que la Guardia Civil la había encontrado, y en la misma radio le hicieron una entrevista al padre y se notaba el hombre con una sensación de alivio porque “el angelito” había aparecido.

La alegría de padre me recordó la parábola del Hijo Prodigo, y aunque no seas muy de evangelios, supongo que sabes a qué me refiero. El hijo que se fue de casa, se gastó sus ahorros en juergas, y harto de la buena vida y sin un céntimo volvió a casa donde el padre lo recibió con regocijo, hizo una fiesta en su honor y le perdonó su huida. El padre de Baeza está contento por saber que su hija –la denunciante- está bien, pero la ley le impide abrazarla. ¡Qué triste! Menudo papanatas el que se inventara esa ley. Sería un “progre” amargado y resentido que no sabe cómo funciona una familia y cómo reaccionan un padre o una madre ante cualquier eventualidad de sus hijos. Tampoco creo que supiera lo del Hijo Prodigo.

Tal como hablamos alguna vez, los padres de una buena familia nunca van a engañar a sus hijos. Y los hijos han de fiarse de los padres y tienen que ser conscientes que les desearán lo mejor o lo más conveniente. Así me lo inculcaron desde pequeño en la escuela y en mi familia. Ahora los modos educativos han cambiado, creo que a peor, pero los hijos deben saber que los padres son sus mejores fiadores para lo bueno y para lo malo, aunque tengan que oír un no en alguna ocasión, como la niña de Baeza.

Y tú dirás, pero ¿los padres de ahora educan bien a sus hijos? Pues me pillas en un renuncio como decimos por aquí, pero si te soy sincero te diría que no. La vida actual no es como la nuestra. Como ambos trabajan y solo viven con los niños un par de horas al día, sin querer, se les crea mala conciencia y en el poco rato que están con ellos son incapaces de negarles nada. Como tampoco se fían del ambiente que les rodea, los protegen demasiado y apenas los contrarían. Así que salen respondones y en el peor de los casos denuncian a sus padres como la chavala de Baeza.

Y ¿hay solución? Creo que cambiar el horario de trabajo ayudaría. La jornada laboral debería terminar a las 6 de la tarde, y así los papás y las mamás podrían estar con sus hijos más tiempo. Pero como la familia la tienen olvidada los políticos, veo difícil que se haga. Una pena.

Bueno te dejo que ya me he enrollado mucho. Saludos

martes, 7 de febrero de 2012

Carta a Robledillo 7 de febrero de 2012

Estimado Robledillo:

Recibí hace días tu carta contándome las últimas noticias del pueblo y la charla con tu sobrino Juan Andrés, el estudiante de Ingeniería Industrial.

Me dices que el Ayuntamiento anda ya metido en el Carnaval y que va a dar dinero para arreglar los desperfectos de la Iglesia parroquial con cargo a los presupuestos del cuatrienio 2012-2015. Como sé que tú eres más del Ayuntamiento que de la Iglesia, eso lo das por hecho pero yo, que soy al revés que tú, creo lo contrario. Seguro que el Ayuntamiento ha pagado ya algo a las peñas del Carnaval, pero lo del arreglo de la Iglesia tendrá que esperar. Está muy bien airearlo, pero ¿cuánto dinero dará?, y ¿para qué año lo prevé ese pomposo Plan Cuatrienal 2012-2015? Y a propósito a ver si te rascas un poco el bolsillo y das algo que te haces mucho de rogar. Ya sabes que hay una cuenta bancaria abierta en pro de la restauración de la iglesia.

Lo de tu sobrino me ha recordado mis primeros tiempos en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, por lo que refieres de su profesor que, según parece, le ha dicho que para un ingeniero es tan importante aprobar todas las asignaturas como saber bailar bien un vals. Leído así no sé qué decir, pero voy a contarte algo que yo viví.

Sería el año 1960 o 1961 y en la Escuela de Madrid, donde yo estudié, había un profesor que era Catedrático de Calculo Diferencial y de Cálculo Integral (o sea matemáticas a lo bestia para que me entiendas), en dos libros del que era autor. Se llamaba don Pedro Puig Adam. Tenía pinta de honorable, muy correcto, y era un señor muy sosegado, cuya sola presencia imponía. Antes de empezar el primer examen escrito de la asignatura que nos hizo a los principiantes como yo en una sala enorme, se subió en la base de la máquina que está en medio de la sala y dijo: “Señores para ser ingeniero primero hay que ser caballero; con esto quiero decir que aquel a quien se le pille copiando no será un caballero, y por tanto no podrá ser Ingeniero”. Con semejante sentencia no hizo falta más advertencias, y todos nos dedicamos a la tarea del examen. Entonces, además de aprender la técnica, desde el primer momento se nos iba concienciando en la profesionalidad y en el esfuerzo, cosas algo “raras” hoy en los tiempos que corren como se ve por lo de tu sobrino.

El vals, el tango, o el pasodoble lo aprendíamos en las tardes de los domingos bailando con las chicas en las discotecas hasta las 10 de la noche que cerraban, y había que irse a casita.

O sea que también nos divertíamos y lo pasábamos bien. Me despido deseándote que disfrutes del Carnaval con tu Ayuntamiento

sábado, 7 de enero de 2012

Carta a Robledillo 6 de enero de 2012

Estimado Robledillo:

En mi última carta te decía que el día de matanza en mi casa yo madrugaba. Había otro día del año que también madrugaba: era el día de Reyes. También de casado madrugábamos con los hijos rebuscando en cada rincón de la casa los regalos que traían Melchor, Gaspar y Baltasar, y que mi mujer y yo, la noche antes, habíamos escondido o disimulado en los sitios más extraños del salón y del pasillo.

La Noche de Reyes siempre quedará en la memoria. ¿Te acuerdas cuando la víspera bajaban del barrio Alto del pueblo las mujeres gitanas con aquellas cesticas hechas de cartón que llamaban “de los Santos Reyes”, adornadas con papelillos de colores llamativos que las llevaban colgadas de una caña para vender a nuestras madres por un par de reales? Alguna vez los Reyes me trajeron una de aquellas cesticas con caramelos, un trozo de morcilla o de pan de higo, y un camión de madera para jugar en el patio de la casa. ¡Eran tiempos de escasez que se compensaban con un regalo mejor: disfrutar de la ilusión que teníamos cuando todavía nadie nos había revelado el misterio de los reyes magos!

También recordarás cuando, aún con pantalón corto, íbamos a la tienda de Adolfo y al bazar de Justo y nos dedicábamos a atar los flecos de los mantones de las mujeres que hacían sus compras distraídas, para reírnos cuando una de ellas se marchaba y se llevaba arrastrando la ristra de mantones de las demás. ¡Qué sofoco pasaban algunas! Por entonces ya tuve como regalo de reyes una bicicleta que llamaban de cadete, de dos ruedas, y unos años después me pusieron una bicicleta grande y la otra la heredó mi hermano.

Los tiempos han cambiado. Ya no hay camiones de madera ni caballos de cartón. Supongo que tus nietos pedirán ropa o calzado de marca, una Nintendo o una muñeca que hace pis. Digo los tuyos porque los míos aun son muy pequeños, pero todo se andará. Espero que la aparición del gordo Papa Noel no afecte a esa referencia de nuestra niñez que es la fiesta de los Reyes Magos, arraigada en los hijos e intentando que los nietos crezcan con la misma ilusión.

En fin seguiré otro día. Voy a mirar si Gaspar me ha traído unos calcetines que le he pedido.