Hoy voy de
copión que es como llamábamos a los que copiaban el examen del vecino del
pupitre que, por no dar golpe, no se sabían la lección. Te digo esto porque voy
a copiarte unos párrafos escritos por Ana de la Haza, una Defensora de la Vida,
que con el título “El regalo de la vida”, he leído en una revista dominical.
Merecen la
pena porque vienen a cuento de la torpeza del Gobierno sobre el asunto del
aborto que le van a llevar a una situación de riesgo político, además de que su
presidente no se ha aplicado lo que dice el Proverbio: “Aleja de mi la falsedad
y la mentira”. El escrito dice así:
«Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué estamos aquí, para qué estamos aquí y a quién debemos nuestra presencia en este planeta azul creado para la vida.
Nadie pueda dar a priori una respuesta
fácil o acertada. Más allá de la configuración genética de todos los seres
vivos y su colaboración natural a la multiplicación de las especies, todos
llegamos a la vida con una misión, un bagaje único para cada uno de nosotros. Digamos
que parecemos iguales, pero realmente todos y cada uno de nosotros somos
diferentes al otro.
Esto me lleva a que el “Gran Alfarero”
de la naturaleza nunca tiene que reproducir sus modelos porque su sabiduría es
infinita. Igualmente el “Gran Alfarero” ha tenido la generosidad de dotarnos de
inteligencia a fin de que disfrutemos de todos los bienes que ha puesto a
nuestra disposición, para que los mejoremos y los repartamos adecuadamente.
Puede parecer un planteamiento
simplista, da la sensación de ser color de rosa, pero el “Alfarero”, al
hacernos inteligentes, también nos ha hecho libres. Producto de estos bienes ha
surgido nuestro “yo” más íntimo, nuestra conciencia, resultado final de este
soplo de vida primario, cuando quiso que nos pareciéramos a Él.
Mucho ha llovido desde la aparición
del hombre en la tierra y mucha ha sido su evolución. Parece demasiado lejana
la era de los primeros que poblaron el mundo pero, si se analiza con sosiego,
hay muchas connotaciones que nos dicen que el regalo que se nos dio, la propia
inteligencia, ha ido desfigurando el bien que el Supremo Hacedor quiso
hacernos. Hemos tomado el regalo pensando que podemos hacer como Él. Acaba de
nacer la soberbia en el hombre.
Con ella, abrazado a ella, viviendo
con ella, desde el principio de los tiempos, el hombre, que fue una creación
beneficiada de Dios, cambia la belleza de su conciencia por algo tan horrible
como la soberbia, causa de grandes guerras y desgracias. Hoy, hasta se atreve a
enmendar la plana a Dios, planificando la vida, dejando al libre albedrío
incluso la posibilidad de impedir el nacimiento de seres ya gestados.
Qué duda cabe, la vida de un nonato es
tan importante como la de cualquiera de nosotros. No puedo entender cómo se
atenta contra algo tan sagrado como la vida de un ser que, además, no se puede
defender.
En estos tiempos de soberbia, aliada a
la falta de amor en que se ha instalado nuestra sociedad, se está permitiendo
poner en peligro el concepto familia. Los hijos, que siempre han sido hijos del
Amor, con esta falta de Amor se eliminan, y asunto resuelto.»
Ya me dirás qué te parece, si es que tienes algo de decir.