Paseaba la
otra tarde cuando me abordó una moza, libreta y boli en ristre, y me preguntó
si podía contestar a unas preguntas. Pensé que era una encuesta, y me dije: ¡Qué
raro!: Todos los días me cruzo con entrevistadores y ninguno me pide nada, será
porque las encuestas las hacen a gente de mediana edad, y yo ya sumo unas
cuantas canas. Dije, vale.
Después de anotar
mis datos personales, edad, profesión, lugar donde vivía, la chica quiso saber
qué calificación –entre el 1 y el 5- daba al gobierno, a la monarquía, a los
partidos, a los sindicatos, a la iglesia, a la justicia, y algo más que no recuerdo.
Ella rellenaba los cuadritos del papel con mis respuestas con agilidad pasmosa.
Al final me preguntó mi intención de voto si en este momento hubiese
elecciones. Intenté resistirme, y contesté saliendo por la tangente: A uno de
los dos grandes partidos,… ¡o tal vez a ninguno!. ¿Por qué no votaría a
ninguno?, insistió. Entonces le solté una perorata. Mira,- le dije- al
principio de la democracia el trabajo era una oportunidad para progresar; se
vivía con honradez; no se gastaba lo que no se tenía. La educación era un valor
seguro; en la escuela se aprendía a vivir en sociedad con sentido ético; y de
la universidad salía gente muy preparada, grandes profesionales. El sistema político
recién instaurado era atractivo e ilusionante. Hoy, sin embargo, todo se ha desmoronado
por la incapacidad de la clase política. La gente pide subvenciones en vez de trabajo;
gasta lo que no tiene; en la escuela se ha perdido la autoridad de los maestros
en perjuicio de la educación; y la formación universitaria está devaluada: se regalan
títulos académicos con nombre rimbombantes, como si fueran rosquillas. La chica
que había empezado anotando mis palabras, optó por cerrar la entrevista y me dio
las gracias. Supongo que se cansó. Me quedé con ganas de decirle que no votaría
al PSOE porque ha perdido lozanía y ha retomado un discurso de los años 30 del
siglo pasado que la mayoría de la gente ni ha vivido. Arremete contra la
Iglesia Católica olvidando que su adversario es el PP, y para arreglar la economía
pide dinero para dádivas y dilapidar como si fuéramos ricos. Tampoco votaría al
PP porque demuestra que es gente acomplejada y débil que, sin duda, arreglará
la economía, pero, a pesar de su mayoría absoluta, se retrae en temas como el aborto;
en no poner en su sitio a los separatismos, y en eso que llaman regenerar la
vida pública. Zapatero fue un maestro en destrozar principios, pero Rajoy no
sabe construir para el futuro porque le falta valentía ética, o, si la tiene,
se le nota poco.
Volví a mi
casa pensando en ello. A llegar leí en una revista que astrónomos de la NASA
han descubierto dos planetas en la constelación Lyra a unos 1.200 años-luz de
la Tierra que giran en torno a una estrella llamada Kepler 62 de diámetro algo
menor que el Sol. Me sonreí: Mientras hay quien te pregunta por el voto de las
próximas elecciones, otros “dicen” que hay dos planetas allá donde se tardarían
siglos en llegar viajando a toda pastilla. Seguramente la encuesta de la chica
servirá para algo, pero lo de los planetas, ¿será útil para alguien? Concluyo:
Ante la política y la ciencia del espacio, me rindo.
A ver si otro
día te cuento algo más de andar por casa que hoy me he perdido entre políticas y
planetas. Un abrazo