lunes, 24 de diciembre de 2012

Estimado Robledillo, feliz Navidad

24 de diciembre de 2012.

No creas que me he olvidado de felicitarte en estas fechas, pero cogí carrerilla mandando correos a los amigos por Internet y he descuidado a los que escribo renglón a renglón. De momento aquí llevas mi felicitación de Navidad y de Año Nuevo para que te llegue antes del fin del mundo que anuncian los periódicos cuando no tienen cosa mejor que escribir. Para mí que el fin del mundo queda lejos pero… ¡mejor leer el Apocalipsis para darnos una idea!
No te mando tarjeta de Navidad, o sea un christma dedicado, porque envié uno a otro amigo y me devolvieron la carta por franqueo escaso en 30 céntimos. Tuve que ir a correos a reenviárselo y pagar los 30 céntimos, ¡que ya está bien! Era una tarjeta con motivos navideños, no esa moda de la foto de los nietos con dedicatoria como si los críos supieran de dedicatorias. Los padres de ahora se empeñan en hacer adultos a sus hijos, como si no les quedara tiempo para hartarse de ser mayores. De pequeños nosotros éramos más chiquillos; siempre jugando en la calle. Eso sí, hacíamos la pascua pero no la felicitábamos.

Otra cosa. Como estoy tentado por la red, o sea Internet, me he hecho una cuenta en Twitter, una de esas redes sociales en la que cada cual escribe las ocurrencias más dispares para airearlas al espacio y las pueda leer un canguro de Australia, por ejemplo. Nos hemos acostumbrado a contar cosas nuestras sin más compañía que la soledad del ordenador y se ha perdido la charla cara a cara con el amigo o confidente que compartía tu inquietud o daba respuesta inmediata a tu preocupación. De estudiante nos reuníamos un grupo de amigos los domingos por la tarde en alguna cafetería para dialogar y vernos las caras, lo que resultaba reconfortante, y no te cuento cuando “me eché” novia que aprovechábamos cualquier rato para hablar y conocernos. Ahora van las parejas hablando cada uno con su móvil ignorando a quien tiene a su lado. Solo paran para “morrearse”, luego siguen escribiendo SMS pero no se dicen ni mu.
Te decía lo del Twitter porque la cuenta te pide que escribas tu perfil, que para que lo entiendas es lo que siempre se ha llamado curriculum. No he puesto nada porque con una vida tan larga no me cabría, pero he pensado resumirla en las tres reglas o principios que me has oído muchas veces, que son: Regla primera: Cuando “soy de letras”, y escribo algo, lo hago con “sujeto, verbo y predicado” como enseña la primera lección de la Gramática. Regla segunda: Si me cambio a “ciencias” me inclino por la proposición que dice “la línea envuelta es menor que la envolvente” en vez del famoso teorema de Pitágoras. Esto es de Geometría. Y como soy algo creyente que miro a lo Alto, la Regla tercera dice “El principio de la sabiduría es el temor de Dios” que es un versículo del Salmo 110 que luego sigue “tienen buen juicio los que lo practican” pero hasta ahí no llego. Con letras, ciencias y espíritu tengo resumida mi vida, con permiso de mi mujer.

Bueno amigo, la cercanía de la Navidad sirve para felicitarnos, para contarnos algo y para darnos un abrazo. Ahora voy a cantar villancicos con los nietos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Carta a Robledillo 30 de noviembre de 2012.

Estimado Robledillo:

Como en tu reciente carta me cuentas travesuras de tus nietos, te voy a contar algo de los míos que, aun siendo más pequeños, ya apuntan maneras de traviesos, propio de su edad.
Sabrás que tengo dos nietos y tres cuartos de otro,-o sea casi tres,- pero iba camino de un cuarto que, por causas que solo Dios sabe, se frustró a las pocas semanas y no llegó a ver la luz del Sol. El “pequeño Angel”, como lo he bautizado en mi fuero interno, espero que “viva” donde la claridad es permanente, y que nos haya cogido la delantera, cosa que me consuela.  

La que hace número tres, -pues es una niña-, nacerá cuando 2013 lleve recorridas unas cuatro semanas, y será entonces cuando los abuelos, los tíos y demás familia, de acuerdo con la rutina del momento, le sacaremos parecido con la madre, o con la abuela, o incluso con el padre…
De los otros, Pablo es el mayor con tres años, y ya va al Colegio. Le sigue su prima Myriam, que desde octubre va a la guardería. A los dos los “madrugan” sus padres para dejarlos en el Cole o en la guardería, mientras papás y mamás van a sus respectivos trabajos. Lo mismo que les pasa  a casi todos. A esas edades yo iba a la escuela de Doña Felicidad, sin madrugar claro, con un babero para no mancharme y así empecé a conocer las primeras letras y los primeros números, y a rezar, cosa que hoy no se lleva. Cómo ha cambiado el modo de vivir.

Un día estaba Pablo sentado en la salita de casa y le dio por apagar y encender la luz. Le insistí para que no lo hiciera y como no hacía caso, retiré la silla donde estaba lejos de la llave de la luz, y… ¡cómo se puso! Alzó la voz y con su media lengua empezó a regañar. Le oí decir que me fuera a la pared a pensar. ¿A pensar? Resulta que cuando en el Cole se pelean, “la seño” los manda “a la pared a pensar” como si fuese un castigo. Me dije: Algo no casa bien, ¿un mocoso de tres años asocia el castigo con pensar? Y a esa edad, ¿en qué puede pensar el crio?  A nosotros nos ponían de cara a la pared y eso era leve; si contara lo de la vara de Don Diego, o los pescozones del Hermano José en el Colegio por no saber el teorema de Pitágoras, más de uno se escandalizaba.
Myriam se enrabieta mucho cuando están sus padres y chilla como una condenada, pero es más pacifica si se queda sola con nosotros. Si está de “buen humor”, en cuanto oye música se pone a bailar a su aire y le salen las gracietas. Como buena señorita, es muy cariñosa.    

La otra tarde alguien dijo algo de la Navidad y le pregunté a Pablo si sabía lo que era la Navidad. Me contestó que eran las luces y Papá Noel. Conseguí captar su atención unos segundos, y le expliqué que la Navidad es una fiesta donde nace el Niño Jesús. Aunque estaba en sus juegos creo que se lo aprendió, veremos cuando se lo pregunte otro día. Insistiré de nuevo cuando montemos el belén, para que cuando tenga un par de años más no diga que la Navidad son las luces del Corte Inglés…y los regalos.

En fin cosas de los nuevos tiempos, donde los críos perciben lo que ven en los mayores para quienes la Navidad es sinónimo de regalos, de compras, de comer y beber, desvirtuando su auténtico significado. Que lo pases bien.

domingo, 21 de octubre de 2012

Carta a Robledillo 21 de octubre de 2012

Estimado Robledillo:
Supongo que habrás oído la sandez de uno que dice ser portavoz de la Confederación de padres y madres de alumnos que, en la huelga de estudiantes de Secundaria de esta semana, le echa en cara al ministro de Educación que “no quiere volver a la escuela de los años 50”. Digo que menuda sandez, porque viendo la foto del tío ese no parece que viviera en aquellos años de nuestra infancia. Yo le diría, ¡qué más quisiera tener hoy en cualquier aula el grado de aplicación que tuvimos entonces!, los maestros para enseñar y nosotros para aprender.

En la escuela de Don Diego, mi maestro de aquellos años, aprendí Historia, Geografía, Lengua, Matemáticas, Religión, y todo estaba en una enciclopedia que no había que llevarse a casa para hacer deberes porque después de la clase nos íbamos a jugar. En la escuela, que a ese gachó no le gusta, me enseñaron muchos conocimientos que me sirvieron para el futuro, y, además,  aprendimos cortesía, buenos modales, o respeto, conductas que ahora están olvidadas.
Ahora los chicos cargan mochilas con libros, llevan deberes a casa, tienen ordenadores, y sin embargo están en la cola del mundo en saber y en educación. ¿Es eso lo que quiere mantener el sesudo portavoz de la Confederación? Pues menudo carrerón lleva: habrá más analfabetos.  
Pero esta semanita nos ha obsequiado, además, con una infamia, diría yo, de un tal Gómez. Este muchacho, del Psoe, ha acusado a los abuelos de los diputados del PP en la Asamblea de la Comunidad de Madrid de “robar a millones de españoles la infancia, y ahora ustedes, que son sus nietos les quieren robar la jubilación”. Se debía referir a actitudes de nuestros padres en la época de Franco sobre sus hijos, o sea nosotros. A este impresentable, cuyo segundo apellido es Franco, ¡qué cosas!, le contaría lo de mi infancia en la escuela de Don Diego, pero añadiría que mis padres trabajaron de sol a sol para que yo estudiase seis años de Bachillerato con dos reválidas y una carrera técnica de ocho años que me sirvió para trabajar sin parar más de cuarenta años en empresas españolas y después jubilarme. A mí nadie me robó la infancia ni me ha quitado la pensión de jubilación.
Esto lo sabes tú, pero al muchachito del Psoe, que acusa a quienes ya no pueden defenderse, hay que decirle el dicho ese de “que le falta un tornillo” y debía estar con camisa de fuerza.  
Verás que estoy rabioso porque veo que estos políticos tan de baja estofa, no solo irritan, sino que hacen daño a nosotros y a nuestros hijos, y cada vez vamos a peor.
Otro día estaré de mejor humor.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Carta a Robledillo 8 de septiembre de 2012

Estimado Robledillo:

Empiezo esta carta el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, que siempre se conoció como fiesta de la Virgen de Agosto, pero ya veré cuando la termino porque estamos celebrando el patrón -San Roque- de este pueblo del altiplano granadino donde paso unos días y me falta el sosiego necesario para escribir, estando en fiestas. Pero te cuento algo.
 
Las fiestas tienen su programa de actos y todo, pero nunca se cumple, y cuando ocurre es por pura casualidad. Uno que sí se cumplió fue el homenaje a los de la Tercera Edad con una cena informal seguida de baile, a la que hay que ir según la lógica vecinal: “Vamos a la cena porque nos pertenece”, o sea, la edad es la que te da el derecho a asistir. El baile estuvo amenizado por un dúo musical que interpretó pasodobles, vals, boleros, etc. acorde con la edad y recuerdo de los asistentes. Al primer pasodoble la pista se llenó de parejas setentonas y así continuó un par de horas hasta que algunos jóvenes coparon la pista.
 
No perdí ocasión de echarme unos bailes con mi mujer, “agarrao” a ella como está mandado, no como ahora bailando suelto que lo mismo te encuentras frente a una señora estupenda que ante un gachó danzando como los indios. Fíjate, a diferencia de los homenajeados que bailamos cada cual con su marido o con su mujer, los jóvenes en la pista se movían solos a su aire y, tanto ellos como ellas, con la inevitable copa en la mano como si no supieran moverse sin ella. Los chicos uniformados con bermudas, camisetas pringosas y chancletas como calzado de lujo, y ellas con pantaloncito corto o minifalda, que más parece un cinturón ancho, y zapatos de suela alta para disimular su baja estatura. Es la moda amigo.
 
Este año por causa de la crisis los mandamases han eliminado una atracción de otros años que se titulaba “GLOBO AEROSTÁTICO. ADRENALINA EN EL AIRE”, y que en el programa figuraba como que “... se podrá disfrutar de ascensos en globo para comprobar las magnificas vistas de nuestro pueblo desde más de 30.000 metros de altura. Absténgase gente con problemas cardíacos”. Si lo de la adrenalina y de los problemas cardíacos eran importantes, faltaba aconsejar ir bien abrigado para no congelarse a esa altura, y advertir que se podían ver aviones en ruta o las cumbres de Sierra Nevada, y con suerte alguna nave espacial en su camino sideral. De paso habría que sugerir hacer testamento por si al ángel de la guarda le diese vértigo y se volvía. ¿A que tiene su gracia? Pues es real tal como lo cuento.
 
Las fiestas terminaron con una paella popular cocinada entre varios al aire libre. Provistos de una generosa ración, nos cobijamos del sol casa del amigo Esteban y su mujer, ambos muy atentos que incluso nos obsequiaron de postre con melocotones de su huerta. En la conversación salió lo de las matanzas, que hacen en diciembre, y ni corto ni perezoso el amigo Esteban apareció con un “peazo” de jamón de su matanza, tan grande que casi rompe la mesa de lo pesado. Quería regalárselo a un hijo suyo. Eso fue a mediodía, para la noche mucha verbena hasta las tantas.
Por fin hoy termino la carta que echo al buzón ya mismo. Volví hace unos días de aquel pueblo directo a la civilización del ruido y de la prisa, pero que se le va a hacer. Ahora te toca a ti contarme algo de tu veraneo.

viernes, 3 de agosto de 2012

Carta a Robledillo 3 de agosto de 2012

Estimado Robledillo:

Uno de estos domingos estuve en el bautizo de un sobrino nieto en el Santuario de la Virgen. Todo muy familiar y agradable. La ceremonia del bautizo fue tan ruidosa como la de una boda, porque la gente –aunque sea la familia, como en este caso- habla mucho, se distrae, no participa en el rito y está deseando irse al restaurante.

Ya en el comedor encontré a tu amigo al que llaman el Catines que lucía un enorme mostacho sacado de un cuadro de principios del siglo XX. Por el bigote me recordó a mi padre que llevaba uno igual. Por eso lo de Paco “Bigotes”, que ya se sabe que en los pueblos te conocen más por el apodo que por el nombre. Hace ya muchos años, cuando yo vivía más tiempo en el pueblo, se me ocurrió hacer una lista de los apodos de la gente, y me salió redonda. Se la presté a un amigo y ya nunca supe más de ella. La perdería. Hoy sería un buen recuerdo de muchos paisanos.

El Catines (lo llamo a sí porque no se su nombre) me contó que llevar el mostacho le había servido para presentarse a un concurso de barbudos y bigotudos de todos los países que se reúnen todos los años para elegir el campeón mundial. El año pasado la cita fue en Noruega y allá que fue con su mostacho. Me enseñó algunas fotos de barbudos y bigotudos muy originales. Este año piensa ir a Las Vegas a competir, y aunque el bigotazo lo cuida mucho, me confesó que es de una modalidad algo pasada y no tiene nada que hacer, pero va porque se divierte.

En plan de broma le dije que invitase a los sindicalistas Méndez y Toxo, uno barbudo y el otro bigotudo, al concurso de Las Vegas, y casi se me lanza a la yugular. Para calmar los ánimos le hablé de Rajoy, pero contestó que su barba es de andar por casa: vulgar.
Para tirarle de la lengua insistí en lo de los sindicalistas (ya llevábamos un par de cervezas) y  entonces se le soltó la lengua. ¡Mira! me dijo, Méndez tiene una poblada barba de cien días por lo menos, muy poco cuidada. Da la impresión de que le repele un buen gel de baño o un champú, y mira que hay clases. Toxo lleva un bigotillo de los años 50 y 60, similar al que lucía Franco. ¿A que tiene su gracia? Para ir a ese concurso, Méndez tendría que recortar un poco su barba y usar algo de gel de vez en cuando. A Toxo le recomendaría que se dejara crecer el bigote hasta parecerse al de Stalin que le iría mejor y son del mismo partido. Con el aspecto que tienen ahora, tan antiguo como sus ideas, no pasarían la primera prueba del concurso.

Después del mitin que me echó –ya por la tercera cerveza- nos separamos para irnos a la mesa que cada uno tenía asignada. Desde ese momento le perdí de vista.
A los dos o tres días vi en la prensa una foto de Méndez al que abucheaban en una plaza de Madrid mientras tomaba un refresco llamándole de todo menos bonito, y recordé la conversación con tu amigo Catines.

Ni a ti ni a mí nos van a invitar al concurso de barbudos y bigotudos porque ninguno llevamos barba o bigote, pero lo pasaríamos bien con las cosas del Catines. 

Ya te contaré más, que hoy hace mucho calor.

lunes, 9 de julio de 2012

Carta a Robledillo 9 de julio de 2012

Estimado Robledillo:

Te escribí el día que la Selección de Fútbol se enfrentaba a Italia en el primer partido de la Eurocopa 2012. Quien iba a decirnos que los mismos equipos serían los finalistas y que seríamos  campeones. Aunque no seas futbolero, supongo que verías la final y los cuatro goles que les metimos a los italianos, que días antes habían vapuleado a Alemania. No sé en el pueblo, pero aquí, el domingo de la final, se creó un ambiente de camisetas rojas que hasta los autobuses eran gratis si vestías la camiseta de la selección española. Por cierto, lo de llamar “la roja” a la selección no me gusta. Un amiguete me mandó un correo electrónico que decía que, aquí la únicas rojas eran Dolores Ibarruri y Pilar Barden. ¡Ja ja!

Al final se desató la euforia de cohetes, bocinazos, banderas etc. y vivas y vítores a los héroes: entrenador, futbolistas... y a la copa, el anhelado trofeo. Oí o leí algunos comentarios de la gente y los hay para todos los gustos.

Uno de ellos preguntaba “¿Qué pasaría si se trasladara la dirección del equipo de futbol al Gobierno?” y él mismo respondía que “Un presidente como del Bosque y unos ministros tan profesionales como los futbolistas podrían tener buenos logros, porque son líderes que hablan poco y hacen lo que deben”. A un argumento tan simplón contestaría que tan “profesionales son, y hacen lo que deben”, los cirujanos que operan a un paciente; los ingenieros que construyen una refinería; los músicos que interpretan una pieza clásica; o los investigadores que descubren avances de la Ciencia, pero como sus éxitos no son tan sonados, nadie dice de llamarlos a formar el Consejo de Ministros. El comentario demuestra la escala de valores que tenemos.
Otro, algo más sensato se interrogaba “España, potencia deportiva, ¿y ética?” Decía alegrarse de los éxitos deportivos en futbol, golf, tenis, ciclismo etc. pero hubiera preferido regocijarse por no estar entre los países con un índice de corrupción tan alto. Le producía sonrojo vivir en un país con tanto corrupto en muchas instituciones. Razón no le falta. Noté lo mucho que cala la   corrupción en la gente, porque hay que ver cuánto se ha robado de las arcas del Estado.

Ahora nos toca pagarlo a ti y a mí. Vale que el Gobierno suba los impuestos porque la caja está vacía, pero debía prestar atención a las cosas menudas que cabrean más a la gente, como que suba la gasolina, la luz, el gas, el pan, el pago de las medicinas, y ahí el Gobierno patina y no anda fino.  
Bueno te dejo, que me estoy mosqueando yo solito.

domingo, 10 de junio de 2012

Carta a Robledillo 10 de junio de 2012

Estimado Robledillo:

Ya sabes mi costumbre de pasear por las mañanas, sea invierno o verano, y después desayunar  un café y una tostada con aceite. Los domingos cambio el hábito: en vez de tostada me tomo tres churros recién hechos en bar diferente al de otros días. Siguiendo la rutina dominical, al llegar esta mañana me ha extrañado que las conversaciones de los parroquianos no hablaran del partido de futbol de la Eurocopa 2012 entre España e Italia de esta tarde, sino del “rescate” para unos o “crédito” o “préstamo” para otros, pedido por el Gobierno a Europa para los bancos y cajas por importe de hasta 100.000 millones de euros que no es calderilla precisamente.

Como te digo me ha llamado atención y hasta me he alegrado de que la gente hablase de ese asunto y no del fútbol, porque demuestra que somos conscientes de qué es primordial ahora para España y no el partido o el campeonato futbolístico. ¡Ya era hora!

Ha habido opiniones para todos los gustos, pero en general iban bien encaminadas y creo que los que allí estaban conocían de qué iba la cuestión. La conclusión que yo saco de esto es que se trata de una ayuda a parte de los bancos dañados por la crisis inmobiliaria; que el dinero se dará al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) encargado de distribuir las ayudas a quien lo pida, pero supervisado por el Fondo Monetario Internacional; que los demás países han sido solidarios con España, uno de sus miembros; que ese dinero hay que devolverlo con el interés que se pacte; y que los españoles,- de momento- podemos estar tranquilos sobre los ahorros que tengamos en los bancos. Ahora cuéntame tu opinión.

Otra cosa. Invitado por un antiguo hermano de La Salle, el Hermano Julián, ahora de seglar Carlos Urdiales, ayer tarde fui a una Iglesia donde cantaron la Misa de Ángelis. Un pequeño coro de hombres y mujeres ya maduros nos deleitaron con el Kyrie; el Gloria in excelsis Deo; el Credo in unum Deum; el Santus; el Pater noster, y el Agnus Dei, como los cantábamos en el Colegio en las misas de cierta solemnidad. Aunque la celebración duró una hora, se me pasó en un suspiro pues me trasladó a sesenta años atrás, cuando empezaba a vestir pantalón largo. Entonces no se hablaba de rescate, ni de prima de riesgo, ni de fondos de inversión, ni nada por el estilo, pero sabíamos latín, una lengua muerta que nos hizo conocer la raíz de las palabras, cosa que hasta los más eruditos de ahora ignoran.

Por ahora no te inquietes mucho por lo de los bancos y ve el futbol de esta tarde. A lo mejor hasta somos campeones.