Se cumple en estos días el sexto aniversario de la muerte del Papa Juan Pablo II que, dicho sea de paso, será beatificado el 1 de mayo próximo, día de la Divina Misericordia.
Alguna prensa le dedica artículos como el del periodista Ángel Gómez Fuentes, acreditado en Roma del que, con su venia, voy a tomar prestados algunos de sus párrafos. Escribe este corresponsal que le impresionaron de Juan Pablo II, -al que considera el “principal líder mundial del último cuarto del siglo XX”-, “su fe rocosa y su recogimiento en la oración” hasta tal extremo que en un viaje a Méjico “se pasó una noche entera de rodillas en la capilla de la nunciatura, y se le formaron callos en sus rodillas”.
“Tras haberle acompañado en setenta viajes por más de cien países, -continúa-, de Juan Pablo II me han conmovido seis virtudes que sirven para entender las claves de su pontificado: era un gran comunicador; un misionero incansable; un Papa carismático; con una fe rocosa (esto lo repite); tenía una gran pasión por el hombre, y conservó el buen humor”.
Lo más importante era el contenido de sus mensajes: “La parte central de su mensaje- según Joaquín Navarro Valls, que fue su portavoz- era plantear el carácter trascendental de la persona. A toda una generación mostró que es inevitable afrontar el tema de Dios y que no se puede entender el ser humano sin Dios”.
El articulista cuenta que Bill Clinton, presidente de EE. UU., ha escrito en sus memorias que en un encuentro con Juan Pablo II “me dio una lección de política… y me horrorizaría tener que enfrentarme a él en unas elecciones”.
Además de Clinton, el Papa tuvo encuentros con Gorbachov, Lech Walesa, el general polaco Jaruzelski, George Bush y otros muchos, y a todos sorprendió.
El texto termina recordando el mensaje que lanzó el Papa al comienzo de su pontificado que “es una frase de esperanza ¡No tengáis miedo, abrid la puertas a Cristo!”
Paso página de Ángel Gómez Fuentes y centro mi lectura dominical en un artículo de Arturo Pérez-Reverte, escritor reconocido, que titula ‘Ese monumento de papel’, todo él referente a la Biblia. Tampoco me resisto a pedir su venia virtual para comentarlo aquí. Gracias.
“¿Tienes la Biblia que acaba de sacar la Conferencia Episcopal?” –pregunta al librero amigo de siempre- y éste respira “¿Una Biblia a tus años?, y yo le digo debería darte vergüenza. Ya sé que no vas a misa ni yo tampoco, pero no estamos hablando de opio del pueblo, sino de cultura, chaval. De uno de los caudales de sabiduría que nos hizo lo que somos, Viejo y Nuevo Testamento, cultura judeocristiana que, combinada con el Islam mediterráneo, Grecia, Roma y toda la parafernalia, hizo lo que llamamos Europa y de rebote Occidente…aunque a esa vieja Europa, en tiempos referente moral del mundo, cuna de derechos humanos y crisol de cultura, ya no la reconozca ni la madre que la parió”.
Sigue el relato: “Una semana después tengo la nueva Biblia. Es un ejemplar con la nueva traducción canónica de los textos sagrados al castellano, que será utilizada en todos los actos litúrgicos y catequéticos, o como se diga, de la Iglesia Católica de aquí. La Biblia oficial en lengua de Cervantes. Esto lo convierte en libro de extraordinaria importancia; pues, aparte la lectura íntima que haga cada cual, su texto, leído en misa y utilizado a partir de ahora en las actividades relacionadas con el asunto, influirá directamente, en la lengua que hablan y escriben varios millones de católicos de habla hispana”.
“La Biblia es también, y sobre todo, un magnífico caudal de diversión, reflexión y conocimiento. Un monumento indispensable para comprender sobre qué cañamazo se tejió lo que algunos cabrones reaccionarios y gruñones como el arriba firmante todavía llamamos, con una mezcla de melancolía y de guasa escéptica, cultura occidental; dicho sea sin ánimo -o con ánimo, qué puñetas- de ofender. En ese contexto, la Biblia es una fuente extraordinaria de relatos, aventuras, batallas, traiciones, amores, emociones y simbolismos; materia de la que hace tres mil años viene nutriéndose el mundo civilizado y que inspiró a los más grandes filósofos y artistas de todas las épocas; literatura, música, pintura y cine incluidos. Nadie que busque lucidez e inteligencia, que quiera interpretar el mundo donde vive y morirá, puede pasar por alto la lectura, al menos una vez en la vida, del libro más famoso e influyente -para lo bueno y lo malo- de todos los tiempos. El Antiguo y el Nuevo Testamento, para unos historia sacra y revelación divina, y para otros llave maestra de cultura e ilustración, son imprescindibles para comprender cómo llegamos aquí, lo que fuimos y lo que somos. Compadezco a quien no tenga un Quijote y una Biblia en casa, aunque sólo sea para decorar un mueble y leer cuatro líneas de vez en cuando. Sólo la Biblia, releída una y otra vez, bastaría para colmar una vida entera. Oponer prejuicios a la Biblia es como oponerlos a una catedral: no hace falta creer en Dios para visitarla y admirar su belleza”.
lunes, 4 de abril de 2011
domingo, 27 de marzo de 2011
¡POR EL AMOR DE DIOS!
¿Por el amor de Dios?... pero ¿si esta expresión es hoy políticamente incorrecta? Será políticamente incorrecta, pero es un remedio para pobres que lo necesitan.
Hubo un tiempo, allá por los años 40 y 50 del siglo pasado, que los pobres llamaban a las puertas de las casas, o se sentaban en la cancela de la Iglesia y pedían “una limosna por el amor de Dios”. Y la gente los socorría a pesar de sus estrecheces económicas. Muchas veces las amas de casa les daban un plato de la misma comida que servía al resto de la familia.
Ahora hay pobres que suelen pedir para comprar unos cigarrillos o un cartón de vino peleón, aunque también hay muchos pobres de necesidad. Hasta no hace mucho tiempo un sacerdote de la Catedral pedía de vez en cuando una limosna para socorrer a “sus pobres” a quienes llamaba pobres vergonzantes, que serían los que les daba vergüenza ir de puerta en puerta pidiendo. El cura omitía lo de “por el amor de Dios” pero se valía de un gracejo sincero para conseguir que los fieles llenaran el cestillo de las limosnas. Estos practicaban el amor al prójimo. Alguien comentó que había fallecido rodeado de sus pobres vergonzantes.
Pero no todo pobre es vergonzante. En la puerta de una Iglesia de postín rodeada de un jardín y con aparcamiento propio, había un pobre acompañado de su familia. Con la mano extendida acopiaba la caridad de los fieles que llenaban la iglesia. Al terminar la última misa de la tarde recogía sus bártulos y… caracoles, se dirigía a un vetusto coche de turismo del aparcamiento y se marchaba con toda su prole. “Éste -se podía pensar- no pedía por el amor de Dios, sino para pagar la gasolina de aquel Seat”. Era un pobre motorizado.
Muchos pobres de ahora están atendidos por instituciones caritativas de las que da ejemplo Cáritas por su permanente y generosa dedicación a miles de necesitados cada día. Cáritas se mantiene gracias a los donativos que, “por amor de Dios”, da gente desprendida que la hay a espuertas, mientras los “pobres gobernantes” se gastan lo que no es suyo en guerras libias, que fingidamente llaman misiones de paz o lindezas por el estilo como si fuéramos unos tarugos para creérnoslo. Las únicas misiones de paz y “por amor de Dios” que hay en el mundo las ejercen los misioneros cristianos que atienden hambres, sidas, tifus, epidemias, etc. Y como ejemplo por ahí andan las discípulas de la Madre Teresa de Calcula recorriendo medio mundo sin más bagaje que su hábito, sus sandalias y el amor al prójimo.
Las misiones en las que se empeñan los gobiernos son las de guerra aunque las disfracen de ansias de paz porque, vamos a ver, si a Libia (que es lo que está de moda ahora) se mandan aviones de combate; buques de guerra o submarinos con torpedos, todos dispuestos a disparar, resulta bastante difícil creer que no se trata de una guerra o es una guerra rarísima.
También hay pobres de espíritu, que son gente humilde, que buscan el perdón. Ellos serán bienaventurados “por el amor de Dios”.
Finalmente hay pobres dañinos que dicen sentirse libres aunque viven oprimidos porque su conciencia nublada les impide distinguir entre el bien y el mal. Siempre los ha habido, pero la novedad es que, ahora, van por la vida de totalitaristas laicistas asaltando los sentimientos religiosos de los católicos. Contra esta ofensiva va siendo hora de soltar las amarras de la pasividad que nos ata, desplegar las velas y no callarse más, ¡por el amor de Dios!
Hubo un tiempo, allá por los años 40 y 50 del siglo pasado, que los pobres llamaban a las puertas de las casas, o se sentaban en la cancela de la Iglesia y pedían “una limosna por el amor de Dios”. Y la gente los socorría a pesar de sus estrecheces económicas. Muchas veces las amas de casa les daban un plato de la misma comida que servía al resto de la familia.
Ahora hay pobres que suelen pedir para comprar unos cigarrillos o un cartón de vino peleón, aunque también hay muchos pobres de necesidad. Hasta no hace mucho tiempo un sacerdote de la Catedral pedía de vez en cuando una limosna para socorrer a “sus pobres” a quienes llamaba pobres vergonzantes, que serían los que les daba vergüenza ir de puerta en puerta pidiendo. El cura omitía lo de “por el amor de Dios” pero se valía de un gracejo sincero para conseguir que los fieles llenaran el cestillo de las limosnas. Estos practicaban el amor al prójimo. Alguien comentó que había fallecido rodeado de sus pobres vergonzantes.
Pero no todo pobre es vergonzante. En la puerta de una Iglesia de postín rodeada de un jardín y con aparcamiento propio, había un pobre acompañado de su familia. Con la mano extendida acopiaba la caridad de los fieles que llenaban la iglesia. Al terminar la última misa de la tarde recogía sus bártulos y… caracoles, se dirigía a un vetusto coche de turismo del aparcamiento y se marchaba con toda su prole. “Éste -se podía pensar- no pedía por el amor de Dios, sino para pagar la gasolina de aquel Seat”. Era un pobre motorizado.
Muchos pobres de ahora están atendidos por instituciones caritativas de las que da ejemplo Cáritas por su permanente y generosa dedicación a miles de necesitados cada día. Cáritas se mantiene gracias a los donativos que, “por amor de Dios”, da gente desprendida que la hay a espuertas, mientras los “pobres gobernantes” se gastan lo que no es suyo en guerras libias, que fingidamente llaman misiones de paz o lindezas por el estilo como si fuéramos unos tarugos para creérnoslo. Las únicas misiones de paz y “por amor de Dios” que hay en el mundo las ejercen los misioneros cristianos que atienden hambres, sidas, tifus, epidemias, etc. Y como ejemplo por ahí andan las discípulas de la Madre Teresa de Calcula recorriendo medio mundo sin más bagaje que su hábito, sus sandalias y el amor al prójimo.
Las misiones en las que se empeñan los gobiernos son las de guerra aunque las disfracen de ansias de paz porque, vamos a ver, si a Libia (que es lo que está de moda ahora) se mandan aviones de combate; buques de guerra o submarinos con torpedos, todos dispuestos a disparar, resulta bastante difícil creer que no se trata de una guerra o es una guerra rarísima.
También hay pobres de espíritu, que son gente humilde, que buscan el perdón. Ellos serán bienaventurados “por el amor de Dios”.
Finalmente hay pobres dañinos que dicen sentirse libres aunque viven oprimidos porque su conciencia nublada les impide distinguir entre el bien y el mal. Siempre los ha habido, pero la novedad es que, ahora, van por la vida de totalitaristas laicistas asaltando los sentimientos religiosos de los católicos. Contra esta ofensiva va siendo hora de soltar las amarras de la pasividad que nos ata, desplegar las velas y no callarse más, ¡por el amor de Dios!
sábado, 12 de febrero de 2011
DOS AMIGOS DEL ALMA.
Hace días, en una conversación telefónica con mi amigo Pepe Reche, con quien no hablaba desde hace muchos años, mientras recordábamos nuestros tiempos de estudios en Madrid y hacíamos un recuento de lo que fuimos y de lo que hemos llegado a ser, yo pensaba en cómo Dios habría distribuido los talentos del Evangelio en cada uno de nosotros, y qué uso le habíamos dado. Como no era momento de echar cuentas, deseché el pensamiento y seguí la charla hablando de nosotros y de Juan Miguel, cuyo recuerdo se coló de rondón en el charloteo. Al fin y al cabo los tres fuimos muy amigos, nos separaban solo meses en la edad y nos conocíamos desde muy jóvenes, aunque luego seguimos oficios diferentes y trabajos distantes.
A Pepe Reche y Juan Miguel la amistad les vino por la vecindad de ambas familias en la calle Cervantes de Albox, y a mí me unió con Juan Miguel un hermanamiento que surgió cuando un agente de la guardia civil nos paró en la carretera yendo ambos en el “biscuter” y nos preguntó si éramos hermanos ante nuestra sorpresa porque no nos parecíamos en nada. Luego, cosas de la vida, llegué a ser su “hermano político” (con perdón), o sea su cuñado.
No mucho después de aquella charla, un día mi pensamiento voló sobre lo mucho que estos amigos del alma, cada uno en su oficio, habían servido a la sociedad, y no tuve más remedio que concluir que sus balances eran positivos.
Pepe Reche estudió en Madrid peritaje Agrícola para convertirse más tarde en Ingeniero. Empleó sus talentos en Almería dedicado al estudio del campo y los cultivos. Son conocidos sus libros especializados en “Cultivos en Invernadero” de especies como la sandia, el melón, la berenjena, la judía verde, o el tratado “Agua, suelo y fertirrigación de cultivos hortícolas en invernadero” editados por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, y divulgados por todo el mundo agrícola nacional y extranjero.
También en su haber, fruto de una vocación literaria que le llegó desde joven, hay tres novelas, “El Sueño”, “La suave caída de las hojas” o “Del amanecer al ocaso” donde el alma del autor y los íntimos rincones de su vida familiar se vislumbran en sus protagonistas. En ellas la pluma del autor deja sentir su apego por la naturaleza, virtud que ha mantenido desde su niñez hasta la madurez que disfruta. Me atrevo a decir que sus talentos los ha cultivado en tierra fértil.
Mi hermano Juan Miguel Sánchez se decantó por las Letras. Va para tres años que falleció. Sospecho que habrá rendido cuentas ante el Dador de sus talentos y habrá salió airoso.
Primero fue Maestro, y luego cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Madrid. Cuando acabó la carrera fundó un colegio en Alcobendas para educar, -algo que ahora parece estar pasado de moda-, en el que, con sabia pedagogía, enseñó a sus alumnos, no solo lenguaje, historia, cultura, sino a saber escuchar a la gente, a ayudarse unos a otros y a respetar a las personas, lecciones que sembró año tras año entre sus numerosos alumnos en los que dejó huella.
Si Pepe Reche es un vocacional de la tierra, Juan Miguel empleó sus dotes en cultivar valores en el intelecto de los chavales a los que instruyó con paciente laboriosidad. En ambos casos las semillas sembradas no cayeron en tierras baldías.
Mucho más podría decir de los dos, pero como se trata de un recuerdo personal e intransferible, surgido al hilo de una conversación telefónica acabo como nos gustaba hacer en nuestros tiempos mozos de Madrid, echándonos unas risas.
A Pepe Reche y Juan Miguel la amistad les vino por la vecindad de ambas familias en la calle Cervantes de Albox, y a mí me unió con Juan Miguel un hermanamiento que surgió cuando un agente de la guardia civil nos paró en la carretera yendo ambos en el “biscuter” y nos preguntó si éramos hermanos ante nuestra sorpresa porque no nos parecíamos en nada. Luego, cosas de la vida, llegué a ser su “hermano político” (con perdón), o sea su cuñado.
No mucho después de aquella charla, un día mi pensamiento voló sobre lo mucho que estos amigos del alma, cada uno en su oficio, habían servido a la sociedad, y no tuve más remedio que concluir que sus balances eran positivos.
Pepe Reche estudió en Madrid peritaje Agrícola para convertirse más tarde en Ingeniero. Empleó sus talentos en Almería dedicado al estudio del campo y los cultivos. Son conocidos sus libros especializados en “Cultivos en Invernadero” de especies como la sandia, el melón, la berenjena, la judía verde, o el tratado “Agua, suelo y fertirrigación de cultivos hortícolas en invernadero” editados por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, y divulgados por todo el mundo agrícola nacional y extranjero.
También en su haber, fruto de una vocación literaria que le llegó desde joven, hay tres novelas, “El Sueño”, “La suave caída de las hojas” o “Del amanecer al ocaso” donde el alma del autor y los íntimos rincones de su vida familiar se vislumbran en sus protagonistas. En ellas la pluma del autor deja sentir su apego por la naturaleza, virtud que ha mantenido desde su niñez hasta la madurez que disfruta. Me atrevo a decir que sus talentos los ha cultivado en tierra fértil.
Mi hermano Juan Miguel Sánchez se decantó por las Letras. Va para tres años que falleció. Sospecho que habrá rendido cuentas ante el Dador de sus talentos y habrá salió airoso.
Primero fue Maestro, y luego cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Madrid. Cuando acabó la carrera fundó un colegio en Alcobendas para educar, -algo que ahora parece estar pasado de moda-, en el que, con sabia pedagogía, enseñó a sus alumnos, no solo lenguaje, historia, cultura, sino a saber escuchar a la gente, a ayudarse unos a otros y a respetar a las personas, lecciones que sembró año tras año entre sus numerosos alumnos en los que dejó huella.
Si Pepe Reche es un vocacional de la tierra, Juan Miguel empleó sus dotes en cultivar valores en el intelecto de los chavales a los que instruyó con paciente laboriosidad. En ambos casos las semillas sembradas no cayeron en tierras baldías.
Mucho más podría decir de los dos, pero como se trata de un recuerdo personal e intransferible, surgido al hilo de una conversación telefónica acabo como nos gustaba hacer en nuestros tiempos mozos de Madrid, echándonos unas risas.
martes, 4 de enero de 2011
PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI
El Efecto 2000.- Con el 2010 ha acabado la primera década del siglo XXI. Aun se recuerda la alarma colectiva que produjo el llamado efecto 2000, según el cual en el paso del 31 de diciembre de 1999 al 1 de enero de 2000 iba a ocurrir un fallo en los ordenadores de todo el mundo, que originaría un caos de imprevisibles consecuencias. De este efecto 2000 se aprovechó mucha gente, incluso los gobiernos. Se escribieron multitud de libros catastrofistas, se crearon comités y se hicieron Planes de contingencia, que costaron una pasta.
El origen de todo estaba en dos simples cifras, las últimas de cada año que almacenan en su sistema informático. Resultaba que cuando se programaron los sistemas en los años 60, éstos sólo funcionarían durante los años que empezaban por 19 de modo que los técnicos pensaron que en el salto de 31 de diciembre de 1999 al 1 de enero de 2000 los ordenadores se olvidarían de cambiar de siglo y retrocederían al 1 de enero de 1900. Poco menos que a la Edad Media.
Al final toda la histeria se vino abajo en un segundo. No pasó nada. La gente tomó las uvas, el 1 de enero el mundo siguió donde siempre, pero el pufo sirvió para llenar los bolsillos de muchos.
En esta primera década ocurrieron hechos que dejaron huella. Vamos con algunos.
Año 2001: El Papa Juan Pablo II publicó la carta Novo Millennio Ineunte al comienzo del nuevo milenio. Tomó posesión George W. Bush como presidente de EE.UU. El 11 de septiembre se producían los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York y del Pentágono en Virginia. En la Liga española de fútbol el Real Madrid se proclamó campeón.
Año 2002: El euro. El 1 de enero en 12 estados de la Unión Europea se puso en circulación los billetes y monedas de euro. En Argentina, Eduardo Duhalde es nombrado presidente. El 15 de mayo Real Madrid ganó por novena vez la Liga de Campeones con gol de Zidane. En noviembre, frente a las costas gallegas encalló y se hundió el petrolero Prestige.
Año 2003: El transbordador Columbia se desintegró en el reingreso a la atmósfera terrestre, y murieron sus 7 tripulantes. Los grupos de oposición del Parlamento español apoyaron una moción contra la posición de Bush y Aznar en la crisis de Iraq. Murió la Oveja Dolly, primer mamífero clonado. El Papa Juan Pablo II visitó España. En el circuito de Hungría, Fernando Alonso ganó su primer campeonato de Fórmula 1. Fue Beatificada la Madre Teresa de Calcuta.
Año 2004: Atentado en Madrid. El 11 de marzo: España sufría atentados en Madrid en 4 trenes de cercanías que se dirigían a la estación de Atocha. 191 personas perdieron la vida. El 14 de marzo el PSOE ganó las elecciones generales en España. El 22 de mayo, Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, contrajo matrimonio con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano en la catedral de la Almudena (Madrid). En agosto tuvieron lugar los Juegos Olímpicos de Atenas. Grecia se proclamó campeón de la Eurocopa 2004 celebrada en Portugal.
Año 2005: El príncipe Carlos de Inglaterra anunció su boda con Camila Parker. Entró en vigor el Protocolo de Kioto. En España se aprobó en referéndum la ratificación de la Constitución Europea. En julio múltiple atentado terrorista en Londres en el metro y en un autobús urbano. Murieron 56 personas y hubo 700 heridos. En octubre nació Leonor de Borbón, primera hija de los Príncipes de Asturias.
Año 2006: En el Mar Rojo se hundió un ferry egipcio con 1.400 pasajeros. El Papa Benedicto XVI viajó a Valencia (España) para asistir al V Encuentro Mundial de la Familia. En la final del 9 de julio de la Copa Mundial de Fútbol Alemania 2006, Italia fue campeona y Francia subcampeona. La Selección Española de Baloncesto se proclamó por primera vez, campeona del mundo de baloncesto al derrotar a Grecia por 70-47.
Año 2007: El 1 de enero Ban Ki-moon inició su mandato como Secretarío General de Naciones Unidas, en sustitución de Kofi Annan. El 10 de enero tomó de posesión del presidente reelecto de Venezuela, Hugo Chávez. Nació el 29 de abril Sofía de Borbón, princesa española. En mayo en España se celebraron elecciones municipales y autonómicas.
Año 2008: Barcelona quedó unida a la red ferroviaria de alta velocidad (AVE). Hubo elecciones generales en España, y resultó vencedor el PSOE. También se celebraron elecciones en Estados Unidos y las ganó el demócrata Barack Obama. La Santa Sede aprobó los Estatutos del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello. Pau Gasol, fichó por Los Ángeles Lakers; el Tour de Francia lo ganó Carlos Sastre, y España ganó la Eurocopa de fútbol al vencer en la final a Alemania por 1-0.
Año 2009: Crisis. Los dirigentes de las 20 economías más importantes del mundo, reunidos en Londres, decidieron crear un fondo de un billón de dólares para asistir a los países con mayores dificultades ante la crisis. El vuelo 447 de Air France desapareció en el Atlántico con 228 personas a bordo en un vuelo desde Río de Janeiro a París. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el brote de gripe porcina como de nivel de alerta seis, lo que lo convierte oficialmente en la primera pandemia del siglo XXI. Todo se quedó en nada. El papa Benedicto XVI convocó un Año Sacerdotal con ocasión del 150º aniversario del fallecimiento del santo cura de Ars, Juan María Vianney. José Manuel Durão Barroso es reelegido Presidente de la Comisión Europea. El barco español Alakrana fue secuestrado por piratas a 413 millas de las costas del sur de Somalia cuando faenaba lejos de la zona protegida por la Operación Atalanta. Falleció el 19 de junio Vicente Ferrer Moncho, filántropo español y jesuita. El FC Barcelona se proclamó campeón de la Liga europea de Campeones; campeón de la Primera División española y campeón de la Copa del Rey. El Abierto de Australia fue para Rafael Nadal, en la categoría de hombres.
Año 2010: El 1 de enero: España asumió la Presidencia del Consejo de la Unión Europea. En Rusia se estrelló un avión Tupolev, durante la maniobra de aterrizaje en la base aérea de Smolensk, falleciendo todos sus ocupantes, entre ellos el presidente polaco Lech Kaczyński. David Cameron asumió el cargo de Primer ministro del Reino Unido. España consiguió el título de Campeona del Mundo de futbol en Sudáfrica al vencer a Holanda. El Papa Benedicto XVI visitÓ Santiago de Compostela en el Año Jacobeo, y dedicó el templo de la Sagrada Familia en Barcelona como Basílica Menor. El 4 de diciembre gobierno español declaró el estado de alarma por el abandono de sus puestos de trabajo de los controladores aéreos.
El origen de todo estaba en dos simples cifras, las últimas de cada año que almacenan en su sistema informático. Resultaba que cuando se programaron los sistemas en los años 60, éstos sólo funcionarían durante los años que empezaban por 19 de modo que los técnicos pensaron que en el salto de 31 de diciembre de 1999 al 1 de enero de 2000 los ordenadores se olvidarían de cambiar de siglo y retrocederían al 1 de enero de 1900. Poco menos que a la Edad Media.
Al final toda la histeria se vino abajo en un segundo. No pasó nada. La gente tomó las uvas, el 1 de enero el mundo siguió donde siempre, pero el pufo sirvió para llenar los bolsillos de muchos.
En esta primera década ocurrieron hechos que dejaron huella. Vamos con algunos.
Año 2001: El Papa Juan Pablo II publicó la carta Novo Millennio Ineunte al comienzo del nuevo milenio. Tomó posesión George W. Bush como presidente de EE.UU. El 11 de septiembre se producían los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York y del Pentágono en Virginia. En la Liga española de fútbol el Real Madrid se proclamó campeón.
Año 2002: El euro. El 1 de enero en 12 estados de la Unión Europea se puso en circulación los billetes y monedas de euro. En Argentina, Eduardo Duhalde es nombrado presidente. El 15 de mayo Real Madrid ganó por novena vez la Liga de Campeones con gol de Zidane. En noviembre, frente a las costas gallegas encalló y se hundió el petrolero Prestige.
Año 2003: El transbordador Columbia se desintegró en el reingreso a la atmósfera terrestre, y murieron sus 7 tripulantes. Los grupos de oposición del Parlamento español apoyaron una moción contra la posición de Bush y Aznar en la crisis de Iraq. Murió la Oveja Dolly, primer mamífero clonado. El Papa Juan Pablo II visitó España. En el circuito de Hungría, Fernando Alonso ganó su primer campeonato de Fórmula 1. Fue Beatificada la Madre Teresa de Calcuta.
Año 2004: Atentado en Madrid. El 11 de marzo: España sufría atentados en Madrid en 4 trenes de cercanías que se dirigían a la estación de Atocha. 191 personas perdieron la vida. El 14 de marzo el PSOE ganó las elecciones generales en España. El 22 de mayo, Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, contrajo matrimonio con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano en la catedral de la Almudena (Madrid). En agosto tuvieron lugar los Juegos Olímpicos de Atenas. Grecia se proclamó campeón de la Eurocopa 2004 celebrada en Portugal.
Año 2005: El príncipe Carlos de Inglaterra anunció su boda con Camila Parker. Entró en vigor el Protocolo de Kioto. En España se aprobó en referéndum la ratificación de la Constitución Europea. En julio múltiple atentado terrorista en Londres en el metro y en un autobús urbano. Murieron 56 personas y hubo 700 heridos. En octubre nació Leonor de Borbón, primera hija de los Príncipes de Asturias.
Año 2006: En el Mar Rojo se hundió un ferry egipcio con 1.400 pasajeros. El Papa Benedicto XVI viajó a Valencia (España) para asistir al V Encuentro Mundial de la Familia. En la final del 9 de julio de la Copa Mundial de Fútbol Alemania 2006, Italia fue campeona y Francia subcampeona. La Selección Española de Baloncesto se proclamó por primera vez, campeona del mundo de baloncesto al derrotar a Grecia por 70-47.
Año 2007: El 1 de enero Ban Ki-moon inició su mandato como Secretarío General de Naciones Unidas, en sustitución de Kofi Annan. El 10 de enero tomó de posesión del presidente reelecto de Venezuela, Hugo Chávez. Nació el 29 de abril Sofía de Borbón, princesa española. En mayo en España se celebraron elecciones municipales y autonómicas.
Año 2008: Barcelona quedó unida a la red ferroviaria de alta velocidad (AVE). Hubo elecciones generales en España, y resultó vencedor el PSOE. También se celebraron elecciones en Estados Unidos y las ganó el demócrata Barack Obama. La Santa Sede aprobó los Estatutos del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello. Pau Gasol, fichó por Los Ángeles Lakers; el Tour de Francia lo ganó Carlos Sastre, y España ganó la Eurocopa de fútbol al vencer en la final a Alemania por 1-0.
Año 2009: Crisis. Los dirigentes de las 20 economías más importantes del mundo, reunidos en Londres, decidieron crear un fondo de un billón de dólares para asistir a los países con mayores dificultades ante la crisis. El vuelo 447 de Air France desapareció en el Atlántico con 228 personas a bordo en un vuelo desde Río de Janeiro a París. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el brote de gripe porcina como de nivel de alerta seis, lo que lo convierte oficialmente en la primera pandemia del siglo XXI. Todo se quedó en nada. El papa Benedicto XVI convocó un Año Sacerdotal con ocasión del 150º aniversario del fallecimiento del santo cura de Ars, Juan María Vianney. José Manuel Durão Barroso es reelegido Presidente de la Comisión Europea. El barco español Alakrana fue secuestrado por piratas a 413 millas de las costas del sur de Somalia cuando faenaba lejos de la zona protegida por la Operación Atalanta. Falleció el 19 de junio Vicente Ferrer Moncho, filántropo español y jesuita. El FC Barcelona se proclamó campeón de la Liga europea de Campeones; campeón de la Primera División española y campeón de la Copa del Rey. El Abierto de Australia fue para Rafael Nadal, en la categoría de hombres.
Año 2010: El 1 de enero: España asumió la Presidencia del Consejo de la Unión Europea. En Rusia se estrelló un avión Tupolev, durante la maniobra de aterrizaje en la base aérea de Smolensk, falleciendo todos sus ocupantes, entre ellos el presidente polaco Lech Kaczyński. David Cameron asumió el cargo de Primer ministro del Reino Unido. España consiguió el título de Campeona del Mundo de futbol en Sudáfrica al vencer a Holanda. El Papa Benedicto XVI visitÓ Santiago de Compostela en el Año Jacobeo, y dedicó el templo de la Sagrada Familia en Barcelona como Basílica Menor. El 4 de diciembre gobierno español declaró el estado de alarma por el abandono de sus puestos de trabajo de los controladores aéreos.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
¡A BELEN PASTORES!
Desde que allá por 1223 San Francisco de Asís celebrara la Eucaristía en una cueva del pueblo italiano de Greccio, provincia de Rieti, con una representación viviente del portal de Belén, esta palabra se convirtió en sinónima de la Natividad o Nacimiento del Niño Jesús. La costumbre de montar un belén con figuras de barro pronto traspasó las fronteras italianas, llegando a España de la mano del rey Carlos III, que había hecho del nacimiento una institución nacional en Italia mientras ocupó el trono de Nápoles. Fue la Orden Franciscana la que se encargó de extender esa costumbre por toda España.
El Niño Jesús nació en Belén, una aldea cercana a Jerusalén, y aunque parezca que el nacimiento se produjo casualmente allí a causa del edicto de empadronamiento del Emperador Octavio Augusto que obligó a José y a María a desplazarse desde Nazaret, siglos antes el profeta Miqueas había profetizado que el esperado Mesías nacería en ese pueblo.
“Y tú, Belén, Efrata,
la más pequeña entre las familias de Judá,
de ti saldrá el que ha de reinar en Israel…”
El profeta da a Efrata el sentido etimológico de “fecunda” por su relación con el Nacimiento del Mesías. Belén estaba predestinada a ser la cuna del Señor.
Para muchos contemplar un belén es regresar a una infancia de disfrute e ilusión. Una ilusión hecha de figuritas de barro que dan vida al milagro de la Navidad. Ahí se ve, en primer término, el elemento principal que es el establo, llamado portal, con las figuras centrales del NACIMIENTO. Junto a la VIRGEN MARÍA y SAN JOSÉ está el NIÑO envuelto en pañales. Cerca de ellos se encuentran el buey y la mula. A un lado está el pesebre hecho de adobe.
Un elemento que no pasa desapercibido es la Estrella que guió a los Reyes Magos hasta el portal para ofrecer al Niño sus dones: oro, incienso y mirra. Esta escena está tradicionalmente unida a la Navidad aunque no se corresponde fielmente con el momento histórico de Belén.
Otras figuras representan oficios de la época como la del herrero, uno de los más importantes, porque confeccionaba las herramientas de todos los demás: herraduras, instrumentos de labranza y de carpintería. Solía tener un aprendiz para mantener siempre vivo con un fuelle el fuego de la fragua y ayudar en las tareas más sencillas. Otra es el alfarero, que era muy respetado socialmente por la utilidad de sus productos en la vida diaria: cántaros, ánforas, vasos, alcuzas o lebrillos. El hornero amasando pan, el labriego y sus bueyes se ven más allá.
La escena del lavadero era una de las más cotidianas de la vida de aquel tiempo, donde las mujeres de Israel lavaban la ropa en sus casas con barreños, o bien en charcas, dada la escasez de agua. Parece que en Belén existía un lavadero al que acudían las mujeres.
Más alejado de todo se ve al pérfido Herodes en su Palacio escoltado por dos palmeras y sus consejeros, quien temeroso de perder su reino ordena la matanza de los inocentes.
Un belén se añora cada año porque es un claro testimonio del misterio de un Dios hecho carne. Un Dios nada lejano ni distante que se ofrece con sencillez de Niño en un humilde pesebre repleto de amor y misericordia.
¡A Belén pastores! Los ángeles anunciaron la Buena Nueva a unos pastores acampados al raso que velaban sus rebaños en una fértil llanura. Gente sencilla que acudieron sin saber muy bien lo que pasaba. Vieron una mujer joven con un hombre joven embobados con un Niño que dormitaba profundamente. Ellos miraban sonrientes mientras los ángeles entonaban el Gloria.
El Niño Jesús nació en Belén, una aldea cercana a Jerusalén, y aunque parezca que el nacimiento se produjo casualmente allí a causa del edicto de empadronamiento del Emperador Octavio Augusto que obligó a José y a María a desplazarse desde Nazaret, siglos antes el profeta Miqueas había profetizado que el esperado Mesías nacería en ese pueblo.
“Y tú, Belén, Efrata,
la más pequeña entre las familias de Judá,
de ti saldrá el que ha de reinar en Israel…”
El profeta da a Efrata el sentido etimológico de “fecunda” por su relación con el Nacimiento del Mesías. Belén estaba predestinada a ser la cuna del Señor.
Para muchos contemplar un belén es regresar a una infancia de disfrute e ilusión. Una ilusión hecha de figuritas de barro que dan vida al milagro de la Navidad. Ahí se ve, en primer término, el elemento principal que es el establo, llamado portal, con las figuras centrales del NACIMIENTO. Junto a la VIRGEN MARÍA y SAN JOSÉ está el NIÑO envuelto en pañales. Cerca de ellos se encuentran el buey y la mula. A un lado está el pesebre hecho de adobe.
Un elemento que no pasa desapercibido es la Estrella que guió a los Reyes Magos hasta el portal para ofrecer al Niño sus dones: oro, incienso y mirra. Esta escena está tradicionalmente unida a la Navidad aunque no se corresponde fielmente con el momento histórico de Belén.
Otras figuras representan oficios de la época como la del herrero, uno de los más importantes, porque confeccionaba las herramientas de todos los demás: herraduras, instrumentos de labranza y de carpintería. Solía tener un aprendiz para mantener siempre vivo con un fuelle el fuego de la fragua y ayudar en las tareas más sencillas. Otra es el alfarero, que era muy respetado socialmente por la utilidad de sus productos en la vida diaria: cántaros, ánforas, vasos, alcuzas o lebrillos. El hornero amasando pan, el labriego y sus bueyes se ven más allá.
La escena del lavadero era una de las más cotidianas de la vida de aquel tiempo, donde las mujeres de Israel lavaban la ropa en sus casas con barreños, o bien en charcas, dada la escasez de agua. Parece que en Belén existía un lavadero al que acudían las mujeres.
Más alejado de todo se ve al pérfido Herodes en su Palacio escoltado por dos palmeras y sus consejeros, quien temeroso de perder su reino ordena la matanza de los inocentes.
Un belén se añora cada año porque es un claro testimonio del misterio de un Dios hecho carne. Un Dios nada lejano ni distante que se ofrece con sencillez de Niño en un humilde pesebre repleto de amor y misericordia.
¡A Belén pastores! Los ángeles anunciaron la Buena Nueva a unos pastores acampados al raso que velaban sus rebaños en una fértil llanura. Gente sencilla que acudieron sin saber muy bien lo que pasaba. Vieron una mujer joven con un hombre joven embobados con un Niño que dormitaba profundamente. Ellos miraban sonrientes mientras los ángeles entonaban el Gloria.
domingo, 21 de noviembre de 2010
VOLADURA CONTROLADA
La prensa de estos días ha publicado que el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid y el Foro Social de la Sierra de Guadarrama han pedido la voladura de la gran Cruz que preside la Basílica del Valle de los Caídos enclavada en las proximidades de Madrid. Estas entidades consideran que "la gran cruz debe ser desmantelada" porque "de ninguna forma se puede consentir que se siga alzando hacia el cielo ese símbolo de muerte y venganza", y proponen su "voladura controlada”.
De una manera muy civilizada los promotores de tal hazaña han propuesto una voladura, eso sí, controlada no fuera que los cascotes cayeran en el monte y dañaran algún pino centenario o un animalillo silvestre. Podían haber elegido derribar la colosal Cruz con un avión como ocurrió con las Torres Gemelas de Nueva York, -espacio aéreo hay-, y tendrían su Zona Cero particular donde poner un anuncio de Coca Cola visible desde los cuatro puntos cardinales, pero han preferido que todo esté controlado. Todo muy moderno y muy consecuente con el progreso demoledor.
Si no fuera porque esta ocurrencia es una fantochada adobada de odio, que nadie con dos dedos de frente tomará en serio, cabe pensar que el propósito sigue siendo el que desaparezca de todo lugar visible el símbolo del cristianismo. Hace poco en Extremadura han retirado los crucifijos de un colegio público de Almendralejo a petición de un padre a quien molestaban, pero los foreros se habrán dicho que, como son más y mejores que un señor de Almendralejo, quieren algo más sonado y grandioso como es derribar la esbelta Cruz del Valle porque es más grande que el simple crucifijo de una escuela. Éste solo lo ven los niños de la clase y la Cruz se ve a larga distancia y es un peligro público.
Decir que la Cruz es símbolo de muerte y venganza es un desmadrado argumento lleno de odio y rencor. Ignoran cuanto significa para millones de seres humanos que la tienen como un símbolo que no conoce fronteras porque anuncia un mensaje liberador. Los cristianos y muchos no creyentes saben que la Cruz fue suplicio denigrante en tiempos del Imperio Romano que se convirtió en signo de perdón y concordia cuando un Hombre Ungido por Dios fue clavado en ella para sacarnos del dominio del mal e inocularnos la semilla del Amor fraterno. Desde entonces es la señal más sagrada del Universo por ser símbolo de redención, de libertad o de salvación. Hace veinte siglos campea por todos los rincones del mundo alzándose hacia el cielo, sin que nada ni nadie haya conseguido abatirla. A su sombra se ha proclamado, se proclama y se proclamará la Verdad del Evangelio, que es lo que cuenta hasta para los del foro.
De una manera muy civilizada los promotores de tal hazaña han propuesto una voladura, eso sí, controlada no fuera que los cascotes cayeran en el monte y dañaran algún pino centenario o un animalillo silvestre. Podían haber elegido derribar la colosal Cruz con un avión como ocurrió con las Torres Gemelas de Nueva York, -espacio aéreo hay-, y tendrían su Zona Cero particular donde poner un anuncio de Coca Cola visible desde los cuatro puntos cardinales, pero han preferido que todo esté controlado. Todo muy moderno y muy consecuente con el progreso demoledor.
Si no fuera porque esta ocurrencia es una fantochada adobada de odio, que nadie con dos dedos de frente tomará en serio, cabe pensar que el propósito sigue siendo el que desaparezca de todo lugar visible el símbolo del cristianismo. Hace poco en Extremadura han retirado los crucifijos de un colegio público de Almendralejo a petición de un padre a quien molestaban, pero los foreros se habrán dicho que, como son más y mejores que un señor de Almendralejo, quieren algo más sonado y grandioso como es derribar la esbelta Cruz del Valle porque es más grande que el simple crucifijo de una escuela. Éste solo lo ven los niños de la clase y la Cruz se ve a larga distancia y es un peligro público.
Decir que la Cruz es símbolo de muerte y venganza es un desmadrado argumento lleno de odio y rencor. Ignoran cuanto significa para millones de seres humanos que la tienen como un símbolo que no conoce fronteras porque anuncia un mensaje liberador. Los cristianos y muchos no creyentes saben que la Cruz fue suplicio denigrante en tiempos del Imperio Romano que se convirtió en signo de perdón y concordia cuando un Hombre Ungido por Dios fue clavado en ella para sacarnos del dominio del mal e inocularnos la semilla del Amor fraterno. Desde entonces es la señal más sagrada del Universo por ser símbolo de redención, de libertad o de salvación. Hace veinte siglos campea por todos los rincones del mundo alzándose hacia el cielo, sin que nada ni nadie haya conseguido abatirla. A su sombra se ha proclamado, se proclama y se proclamará la Verdad del Evangelio, que es lo que cuenta hasta para los del foro.
miércoles, 27 de octubre de 2010
NOVIEMBRE, MES FUNERARIO.
En el marco de la conmemoración del mes de los muertos, evocamos la memoria de nuestros difuntos con algunas dedicatorias fúnebres.
Epitafios.
Sacados de un artículo de Arturo Pérez-Reverte, leído en uno de los Magazines dominicales. Sean o no un poco lúgubres, su transcripción obedece a la curiosidad por la ocurrencia de sus autores que los cincelaron en su morada con vistas al Más allá.
Dedicados a jóvenes muertos en edad temprana: «Con lamentos, mi madre colocó esta lápida junto al camino». Hoy podría decir a orilla de la carretera. Otro, «En este lugar yazco, dejando huérfana la vejez de mi padre». Y otro, «Sin apenas gustar de la juventud, me he hundido en el Hades». (Morada de los muertos).
«La mayor parte de mi vida, la pasé en el vientre de mi madre» reza en la de una recién nacida. Qué contraste con los miles de niños abortados que “solo vivieron parte de su vida en el vientre materno” y salieron en el cubo de la basura, sin derecho a un triste recuerdo.
Escribe Pérez-Reverte que algunas resumen una vida o una profesión: «Comadrona, salvé a muchas mujeres, pero no pude escapar de la Moira». Las Moiras, en la mitología griega, eran las divinidades del destino, que equivalía a la Parca en la mitología romana, o sea la Muerte. Otro dejó dicho «Que mis herederos rocíen con vino mis cenizas». Sería para compartir la pena con sus herederos, y que una copa de más en el último viaje, si da positivo en el control de alcoholemia, allá los guardias si le quitaban el carné.
De muertos en combate también hay varias inscripciones, «Entre roncos gemidos, sus compañeros levantaron este túmulo», muy propia para nuestros soldados muertos en Afganistán y otras guerras. «Murió mientras sostenía el escudo en defensa de su patria» se lee en otra. Más conmovedora resulta ésta, «Cayó entre los que combatían en primera fila, e intenso dolor dejó a su padre», y esta otra que emociona, «Yo no retrocedí ante el ataque de los enemigos. Era soldado de infantería».
Lápidas ingeniosas.
«Aquí yace Moliere, rey de los actores. En este momento hace de muerto y de verdad que lo hace bien». (Moliere, dramaturgo francés, 1622-1673)
«Si no viví más, fue porque no me dio tiempo». (Marqués de Sade, escritor francés)
«Disculpe que no me levante». (Groucho Marx, actor cómico, 1890-1977)
«Solo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo». (Miguel de Unamuno)
«¿Es la vida? Que se ponga». (Miguel Gila, humorista 1919-2001)
«No es que tenga miedo a morir. Es que no quiero estar allí cuando suceda». (Woody Allen)
«Los muertos son gente fría». (En un graffiti)
«Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga». (Juan Sebastian Bach, músico)
«Pronto estaré contigo». (Escribió un marido en la lápida de su esposa). Pero un amigo al ver las fechas tan distantes del fallecimiento escribió debajo, «Creí que no venías».
«RIP, RIP, ¡HURRA!». (Puso uno en la tumba de su suegra)
Epitafios.
Sacados de un artículo de Arturo Pérez-Reverte, leído en uno de los Magazines dominicales. Sean o no un poco lúgubres, su transcripción obedece a la curiosidad por la ocurrencia de sus autores que los cincelaron en su morada con vistas al Más allá.
Dedicados a jóvenes muertos en edad temprana: «Con lamentos, mi madre colocó esta lápida junto al camino». Hoy podría decir a orilla de la carretera. Otro, «En este lugar yazco, dejando huérfana la vejez de mi padre». Y otro, «Sin apenas gustar de la juventud, me he hundido en el Hades». (Morada de los muertos).
«La mayor parte de mi vida, la pasé en el vientre de mi madre» reza en la de una recién nacida. Qué contraste con los miles de niños abortados que “solo vivieron parte de su vida en el vientre materno” y salieron en el cubo de la basura, sin derecho a un triste recuerdo.
Escribe Pérez-Reverte que algunas resumen una vida o una profesión: «Comadrona, salvé a muchas mujeres, pero no pude escapar de la Moira». Las Moiras, en la mitología griega, eran las divinidades del destino, que equivalía a la Parca en la mitología romana, o sea la Muerte. Otro dejó dicho «Que mis herederos rocíen con vino mis cenizas». Sería para compartir la pena con sus herederos, y que una copa de más en el último viaje, si da positivo en el control de alcoholemia, allá los guardias si le quitaban el carné.
De muertos en combate también hay varias inscripciones, «Entre roncos gemidos, sus compañeros levantaron este túmulo», muy propia para nuestros soldados muertos en Afganistán y otras guerras. «Murió mientras sostenía el escudo en defensa de su patria» se lee en otra. Más conmovedora resulta ésta, «Cayó entre los que combatían en primera fila, e intenso dolor dejó a su padre», y esta otra que emociona, «Yo no retrocedí ante el ataque de los enemigos. Era soldado de infantería».
Lápidas ingeniosas.
«Aquí yace Moliere, rey de los actores. En este momento hace de muerto y de verdad que lo hace bien». (Moliere, dramaturgo francés, 1622-1673)
«Si no viví más, fue porque no me dio tiempo». (Marqués de Sade, escritor francés)
«Disculpe que no me levante». (Groucho Marx, actor cómico, 1890-1977)
«Solo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo». (Miguel de Unamuno)
«¿Es la vida? Que se ponga». (Miguel Gila, humorista 1919-2001)
«No es que tenga miedo a morir. Es que no quiero estar allí cuando suceda». (Woody Allen)
«Los muertos son gente fría». (En un graffiti)
«Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga». (Juan Sebastian Bach, músico)
«Pronto estaré contigo». (Escribió un marido en la lápida de su esposa). Pero un amigo al ver las fechas tan distantes del fallecimiento escribió debajo, «Creí que no venías».
«RIP, RIP, ¡HURRA!». (Puso uno en la tumba de su suegra)
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