miércoles, 27 de octubre de 2010

NOVIEMBRE, MES FUNERARIO.

En el marco de la conmemoración del mes de los muertos, evocamos la memoria de nuestros difuntos con algunas dedicatorias fúnebres.

Epitafios.
Sacados de un artículo de Arturo Pérez-Reverte, leído en uno de los Magazines dominicales. Sean o no un poco lúgubres, su transcripción obedece a la curiosidad por la ocurrencia de sus autores que los cincelaron en su morada con vistas al Más allá.

Dedicados a jóvenes muertos en edad temprana: «Con lamentos, mi madre colocó esta lápida junto al camino». Hoy podría decir a orilla de la carretera. Otro, «En este lugar yazco, dejando huérfana la vejez de mi padre». Y otro, «Sin apenas gustar de la juventud, me he hundido en el Hades». (Morada de los muertos).

«La mayor parte de mi vida, la pasé en el vientre de mi madre» reza en la de una recién nacida. Qué contraste con los miles de niños abortados que “solo vivieron parte de su vida en el vientre materno” y salieron en el cubo de la basura, sin derecho a un triste recuerdo.

Escribe Pérez-Reverte que algunas resumen una vida o una profesión: «Comadrona, salvé a muchas mujeres, pero no pude escapar de la Moira». Las Moiras, en la mitología griega, eran las divinidades del destino, que equivalía a la Parca en la mitología romana, o sea la Muerte. Otro dejó dicho «Que mis herederos rocíen con vino mis cenizas». Sería para compartir la pena con sus herederos, y que una copa de más en el último viaje, si da positivo en el control de alcoholemia, allá los guardias si le quitaban el carné.

De muertos en combate también hay varias inscripciones, «Entre roncos gemidos, sus compañeros levantaron este túmulo», muy propia para nuestros soldados muertos en Afganistán y otras guerras. «Murió mientras sostenía el escudo en defensa de su patria» se lee en otra. Más conmovedora resulta ésta, «Cayó entre los que combatían en primera fila, e intenso dolor dejó a su padre», y esta otra que emociona, «Yo no retrocedí ante el ataque de los enemigos. Era soldado de infantería».

Lápidas ingeniosas.
«Aquí yace Moliere, rey de los actores. En este momento hace de muerto y de verdad que lo hace bien». (Moliere, dramaturgo francés, 1622-1673)

«Si no viví más, fue porque no me dio tiempo». (Marqués de Sade, escritor francés)

«Disculpe que no me levante». (Groucho Marx, actor cómico, 1890-1977)

«Solo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo». (Miguel de Unamuno)

«¿Es la vida? Que se ponga». (Miguel Gila, humorista 1919-2001)

«No es que tenga miedo a morir. Es que no quiero estar allí cuando suceda». (Woody Allen)

«Los muertos son gente fría». (En un graffiti)

«Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga». (Juan Sebastian Bach, músico)

«Pronto estaré contigo». (Escribió un marido en la lápida de su esposa). Pero un amigo al ver las fechas tan distantes del fallecimiento escribió debajo, «Creí que no venías».

«RIP, RIP, ¡HURRA!». (Puso uno en la tumba de su suegra)

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